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La gallina negra castellana, declarada en peligro de extinción en 2008, fue una de las razas con más prestigio en España hasta los años 30 por su resistencia e índice de puesta y llegó a ser una de las preferidas por la reina Isabel la Católica.

Así se recoge en escritos y crónicas antiguas que destacan el carácter inquieto de la especie y su capacidad de sobreponerse, tanto a depredadores como a enfermedades, ha asegurado a Efe el presidente de la Asociación para la Defensa de la Gallina Negra Castellana (Ganeca), José Luis Yustos.

Ha destacado el auge de la avicultura industrial y de la producción de híbridos -que aumentan el rendimiento de una raza concreta- como las causas de la desaparición de la especie, además del "desinterés que existe en nuestro país por el linaje autóctono".

Yustos ha puesto como ejemplo a Francia por ser el país donde nació la primera denominación geográfica protegida en gallinas, la comarca de Bresee, que comprende el pollo de Bresse, el capón y la pularda, considerados productos de una "alta calidad".

Para Ganeca, la gallina negra castellana representa "un patrimonio de la biodiversidad ganadera y cultural que se ha perdido, ya que mucha gente se sorprende al contemplar unas aves tan negras y tan raras".

El de la negra castellana fue uno de los primeros patrones que se crearon en España y por ello esta asociación trabaja en la selección de los ejemplares que más se ajustan a ese modelo para criar con ellos.

Para Yustos, es "fundamental" el mantenimiento de la genética de razas con una rusticidad "tan potente", porque supone "una garantía de alimentación de calidad de cara al futuro ante problemas como el cambio climático o la aparición de pandemias".

Se ha lamentado de que en la mayoría de los híbridos "se ha sacrificado su fuerza en aras de tener una mayor producción, y eso ha derivado en una cierta tendencia a las enfermedades".

Esta ave, caracterizada por su plumaje completamente negro con unos reflejos metálicos verde-azulados, posee una mancha blanca carnosa debajo del ojo que, en el caso de que sea rojiza, "hay que intentar evitar reproducir con ese ejemplar".

Los machos tienen una cresta "totalmente estirada con cinco o seis puntas y, en el caso de las hembras, cuentan con la parte de atrás tumbada hacia un lado", ha matizado.

"Algunas de sus cualidades son su increíble adaptación, tanto al frío como al calor extremo, su tendencia a buscar refugio fuera de las casetas y la capacidad de subirse a árboles o tejados para escapar de los depredadores", ha explicado Yustos.

La castellana negra es una raza propia de toda la meseta, aunque está más extendida en Castilla y León, Castilla-La Mancha, parte de Extremadura, Comunidad de Madrid, norte de Andalucía y algunos ejemplares en el sur de Aragón o La Rioja.

Según el presidente de Ganeca, "hay socios que están produciendo huevo ecológico certificado, dado que sus índices de colesterol en yema son más favorables para que no crezca el denominado colesterol malo".

Sus huevos son "completamente blancos", ya que están ligados a una serie de pigmentos situados en la cloaca -cavidad abierta al exterior para la expulsión de desechos-, ha añadido Yustos, quien ha recordado que durante un tiempo "se preferían los huevos morenos por considerarse propios de corral".

"Está demostrado que gran parte de las razas que existen en el centro de Europa de color negro tienen un aporte de la genética de esta gallina y, posiblemente, también las de Sudamérica fueron llevadas por Colón en alguno de sus viajes", ha concluido José Luis Yustos.

Rafael González Díaz