Ferias - FIMA


Tractores junto a injertadoras y excursiones, todo es posible en FIMA


Zaragoza - 2020-02-25 17:09:07
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Tractores de todos los colores y tamaños, junto a máquinas más propias de una película espacial se alternan con cortacéspedes, podadoras e injertadoras que se pueden sostener con una sola mano son solo una ínfima parte de lo que se puede encontrar en la Feria Internacional de Maquinaria Agrícola, en la que tampoco faltan excursiones escolares.

Este martes se ha inaugurado en Zaragoza la 41 edición de la FIMA, un certamen que ocupa 163.000 metros cuadrados de exposición repartidos en 11 pabellones en los que se reúnen 1.653 expositores, de ellos 937 firmas extranjeras y 716 españolas.

Una prueba del interés que despierta esta feria son los cientos de visitantes que antes de las 10 de la mañana se agolpaban ya a las puertas de la Feria y las colas kilométricas de vehículos en el acceso de la A-2, algunos llegados desde Portugal.

No son solo agricultores los que acuden a visitar la feria, muchos son investigadores, ingenieros o empresarios en busca de contactos o afianzar los que ya tienen, como el mallorquín Antonio Cantallops, quien ha viajado con su mujer y sus dos hijos el mayor, Jaume, que tiene la intención de continuar en el negocio de reparación de maquinaria agrícola del cultivo de patata y cereal.

Proceden de Sa Pobla, un área dedicada a la exportación de patata, fundamentalmente a Inglaterra y Alemania, desde hace 125 años, pero que ya no da para vivir del campo y es por lo que la familia Cantallops completa su negocio con el de la cerrajería.

"Solo que subieran 5 céntimos el producto, el campo viviría sin subvenciones", lamenta el cabeza de una familia que considera que también la ciudadanía debe concienciarse de la necesidad del consumo local porque "un producto ecológico que llega de Australia, no es ecológico".

Menos preocupadas circulaban por la feria María Magdalena Secarea e Ivana Angelinova, estudiantes de un instituto de Ejea de los Caballeros que han llegado de excursión junto a una cuarentena de compañeros. Angelinova, quien tiene un tío agricultor que pasa "día y noche en el campo", reconoce que es un oficio duro, sin embargo, asegura que le gustaría dedicarse a ello y no le asusta tampoco ver las enormes maquinarias convencida de que "vale la pena" la inversión.

La rentabilidad de la maquinaria lo confirman desde Tatoma, una empresa dedicada a la venta de contenedores que elaboran camas para ganado o mezclan el pienso en la proporción adecuada a cada tipo de raza.

Como explica a Efe Juan Carlos Puyol, las vacas productoras de leche tienen que comer todo el pienso mezclado para que no puedan "escoger" y este tipo de maquinaria permite medir la cantidad de cada alimento, de modo que así incrementan la producción y "en año y medio" se recupera la inversión.

Treinta años lleva participando en la feria la marca Oberstaller de injertadoras manuales. El expositor lo atiende Amo, una tailandesa esposa del dueño de la empresa que se encarga de explicar el funcionamiento de este pequeño aparato que se maneja con una sola mano y que hace tres cortes diferentes según el tipo de planta que se quiere injertar. En estos cuatro días y medio de feria puede vender entre 300 y 400 injertadoras.

Además de las misiones comerciales y las 3.000 reuniones que se llevarán a cabo hasta el sábado, de forma paralela se celebran distintas jornadas técnicas en las que se abordan sobre todo novedades en el campo de la investigación agraria y en las que participan universidades, instituciones de investigación u otro tipo de entidades relacionadas con la innovación.

La sesión de este martes se ha abierto con la presentación de la Red Aragonesa de Cultivos Extensivos y Leguminosas Arax con el título "Labrar ideas. Sembrar futuro" y que ha contado con la intervención de la directora del CITA, Lucía Soriano, y del director general de Desarrollo Rural del Gobierno de Aragón, Jesús Nogués, quien ha subrayado la necesidad de "pensar en global", en salvar la brecha digital y en fortalecer la agricultura familiar como vertebradora del territorio.

La ponencia inaugural se ha centrado en la presentación del proyecto Soja del Danubio, implantado en once países y que tiene a Italia, Serbia y Ucrania como principales productores.

El objetivo es frenar en Europa la importación de esta leguminosa procedente de EE.UU, Brasil y Argentina, por los problemas de "sostenibilidad, deforestación ilegal o uso de pesticidas" que presenta este cultivo en esos países.

"Europa tiene los recursos y conocimiento para producir de manera eficiente y sostenible" ha explicado el ponente, quien ha subrayado asimismo la reducción de las emisiones de CO2 que supondría el cultivo en este continente además de ayudar a la cadena de valor local.

Desde 2011, la producción de soja en Europa ha pasado de 2,2 millones de hectáreas a 4,3 en 2019 y se calcula que en 2025 llegará a los 6 millones.

 

María Rosa Lorca

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