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España será un "actor central" en la negociación de la reforma de la Política Agrícola Común (PAC) pero no podrá "ganar" en todas sus aspiraciones, según ha manifestado el director de la Representación de la Comisión Europea (CE) en España, Francisco Fonseca, en una entrevista a Efeagro.

Fonseca ha afirmado que España está bien posicionada para afrontar las discusiones sobre la revisión de la PAC, que se intensificarán este año en la Unión Europea (UE).

Tanto el Gobierno anterior como el actual, ha añadido, han sido muy "críticos" con las propuestas de Bruselas para la reforma.

Sin embargo, ha señalado, hay "27 intereses nacionales" y además el futuro de la PAC estará vinculado al del presupuesto europeo para 2014-2020, que también se negociará este año, y al panorama de "austeridad" por la crisis financiera.

"El Gobierno debe tener una estrategia de negociación global y luego negociar aspectos concretos, pero es de sentido común pensar que ni España, que es punta de lanza en muchos sectores, ni Francia pueden ganar al máximo en todo", según Fonseca.

El Gobierno español tiene como prioridad conservar los fondos que llegan anualmente al campo español de la UE (7.500 millones de euros), sobre lo que Fonseca ha remarcado que a fecha de hoy es imposible saber si será posible.

En cualquier caso, ha definido el porvenir de la PAC como el "cubo mágico de Rubik" o "un juego de muñecas rusas", porque todo dependerá de las decisiones sobre el marco financiero y del reparto del dinero que finalmente acuerden los 27 para la agricultura.

Respecto a posibles concesiones de Bruselas, ha admitido que en anteriores negociaciones los "consensos finales" se han construido acordando "medidas y plazos transitorios" y que cederá, pero "no hasta el punto de descafeinar" sus propuestas.

"Lo que no se puede saber es si esas medidas transitorias serán más favorables, por ejemplo, a la Cornisa Cantábrica, Andalucía o Extremadura", ha detallado.

Por este motivo, ha añadido que España y otros países deberán "equilibrar" sus peticiones y propiciar que lo que pierdan en una producción lo ganen en otros aspectos, como por ejemplo en medidas de apoyo a prácticas más ecológicas.

La CE considera que su proyecto de reforma es "realista" para mantener un sector competitivo y adaptado a los tiempos, y que aunque muchos países reclaman más apoyo al campo, como España, en la UE hay otros que quisieran reducirlo.

En cuanto a las críticas por la congelación de los fondos para agricultura, desde 2014 a 2020, Fonseca ha afirmado que en general, "ninguna Administración nacional de los 27" ha planteado aumentar los presupuestos de la UE.

"Si le damos más dinero a la agricultura europea, ¿se lo quitamos a la innovación o a políticas de cohesión?", ha recalcado Fonseca.

Ya dentro de los intereses agrarios en juego, ha señalado que habrá que conciliar las posturas de los países con una producción más continental, como los de Europa central, con los mediterráneos o los grandes cultivadores de cereales como Francia.

España "deberá invertir mucho en una agricultura verde y potenciar medidas para evitar la deforestación, así como para conservar los pastizales", ha agregado.

En cuanto a las críticas sobre la burocratización de esta política, Fonseca ha contestado que al mismo tiempo las propuestas plantean medidas en favor de los jóvenes agricultores, planes para simplificar los mecanismos de pago y ayudas "a tanto alzado", comprendidas entre 500 y 1.000 euros sin pedir justificaciones.

En cuanto al calendario, Fonseca confía en que se cierre un acuerdo "a final de 2012 a más tardar", tanto sobre la PAC como sobre el presupuesto, porque de lo contrario las reglas de la UE harían muy difícil su aplicación en 2014 (cuando acaba el marco financiero actual).

Esto significa que hace falta un plazo de un año (2013) para que se desarrollen los reglamentos de la PAC y, sobre todo, para que los parlamentos nacionales den su visto bueno al nuevo presupuesto europeo y, en su caso, corregir las dificultades que puedan surgir para esta ratificación.