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El presidente del Gobierno de Aragón, Javier Lambán, ha anunciado el lunes 13 de marzo un plan de apoyo a la ganadería extensiva de más de seis millones de euros al año de los que se beneficiarán unos 2.000 ganaderos de más de 400 municipios del Pirineo, quienes verán así duplicadas las ayudas que reciben de la PAC.

Con este plan, el Gobierno de Aragón quiere paliar los daños que supone, especialmente para la ganadería extensiva, el mantenimiento de los derechos históricos, a juicio de Lambán, "un disparate que atenta contra la permanencia de las gentes en el medio rural y la supervivencia de la actividad económica", ha apuntado durante una visita a la localidad sobrarbense de Fiscal (Huesca).

La vista ha incluido asimismo una reunión con alcaldes de la zona y representantes del sector agropecuario, a quienes ha informado de la modificación de las ayudas de Indemnización Compensatoria a las explotaciones de ganadería extensiva en zonas de montaña, en el ámbito de la solicitud de ayuda de la PAC correspondiente a este año.

Una ayuda que se implementará a través de la denominada Indemnización Compensatoria que se solicita anualmente en el momento de confeccionar la solicitud de la PAC, y que, como ha explicado el presidente de Aragón a los medios, supondrá que el techo de cobro pase de los 4.000 euros por explotación y año, hasta los 8.000 y que implicará un importe medio de unos 6.200, casi el doble.

Con ello, según Lambán, el Gobierno de Aragón "corrige la injusticia incomprensible" que supone la permanencia de los derechos históricos con el objetivo de ayudar al mantenimiento de la ganadería extensiva en las zonas de montaña y por tanto a la fijación de población en el territorio y el mantenimiento del medio ambiente.

La ganadería extensiva recibe en ayudas directas de la PAC en Aragón 115 millones de euros al año, el 26 % de toda la ayuda de la PAC, pero que presenta anomalías debido al sistema de derechos históricos y del enfoque de pago por superficie de pastos, en lugar de pagos vinculados a cabezas de ganado y a la propia renta del ganadero.

Lo que para el presidente de la cooperativa del Sobrarbe, José Ramón Oliván, supone un "palo gordo" porque los derechos históricos "siguen en manos de gente que no son profesionales o jubilados y el dinero de las ayudas se difumina" cuando, ha recordado, son los profesionales los que producen los alimentos y, por tanto, si reciben estas ayudas "probablemente los productos de los lineales no serían tan caros".

"Es un gesto, pero falta mucho por hacer", ha sentenciado Oliván.

Las ayudas se han establecido de acuerdo al "Análisis de la Ganadería Extensiva de Aragón" elaborado por el Departamento de Agricultura, Ganadería y Medio Ambiente, que determina que, de las 3.935 explotaciones de ganadería extensiva existentes en Aragón, el 70 % se sitúan en zonas de montaña, fundamentalmente en las comarcas del Sobrarbe, Ribagorza y Jacetania.

No obstante, de acuerdo con la calificación como zonas de montaña que establece la PAC, las zonas que se verán beneficiadas se extiende también a la mayor parte de la provincia de Teruel –especialmente a la comarca de Gúdar Javalambre- e incluso a determinadas localidades de la provincia de Zaragoza y que suman 448 municipios.

Estas explotaciones se caracterizan por tener un carácter netamente familiar con una elevada profesionalidad, ya que más del 90 % de los ingresos de estas familias procede del sector agrario.

El informe pone de manifiesto que la renta de los ganaderos (diferencia entre ingresos y gastos) se sitúa en algo más de 14.000 euros al año, pese a los 32.000 euros de ayudas que reciben anualmente, porque más de la mitad van directamente a cubrir los costes que no quedan resarcidos por la actividad ganadera.

Una diferencia que se agrava en el caso de las explotaciones de ganadería extensiva situadas en zonas de montaña, en la que la renta final de los profesionales, con una ayuda superior que alcanza los 35.000 euros al año, apenas supera los 12.000 en determinados casos.

Sólo el 19 % de estos ganaderos son menores de 40 años y, de estos, casi el 73 % de sus explotaciones se ubican en zonas de montaña.

La cría de vacas nodrizas ha crecido un 17 % en la zona pirenaica y más de 65 % en el resto de zonas de montaña y ha caído un 5 y un 9 %, respectivamente, en el caso del ovino.