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La Unión Europea ha respaldado una propuesta para rebajar el nivel de protección del lobo, pasando de “estrictamente protegido” a “protegido”, en línea con la iniciativa presentada por la Comisión Europea en diciembre de 2023. La votación, que se celebró en una reunión a nivel de embajadores de los Veintisiete, contó con la aprobación de la mayoría de los países de la UE, aunque España e Irlanda votaron en contra y varios países, como Bélgica, Chipre, Eslovenia y Malta, se abstuvieron.
El portavoz de la Comisión Europea afirmó que este cambio de estatus ayudará a "atender los desafíos que supone el incremento de las poblaciones de lobos", manteniendo, no obstante, el objetivo de garantizar un estado de conservación favorable para la especie. La medida, aclaró, afecta únicamente al lobo y no abre la puerta a cambios en el estatus de otras especies protegidas, como los osos o los castores, a pesar de los "crecientes conflictos" con las actividades humanas.
La aprobación de la propuesta por parte de la mayoría de los países de la UE ha sido recibida con alivio y satisfacción por parte del sector ganadero europeo, especialmente en España, donde el conflicto entre la ganadería extensiva y las poblaciones de lobos ha sido una fuente de tensiones. José María Castilla, representante de Asaja en Bruselas, declaró que esta decisión es un "paso adelante y correcto", ya que reconoce el creciente impacto del lobo en la actividad ganadera.
"Este cambio da una base legal al sector para gestionar el problema del lobo", afirmó Castilla. Sin embargo, advirtió que la medida permitirá a cada país decidir de manera autónoma si aplicarla o no. Esto podría generar desequilibrios entre regiones fronterizas de países con políticas divergentes respecto a la protección del lobo, lo que podría derivar en situaciones de "deslealtad tremenda" entre ellas.
El portavoz del sector de Lobo y Ganadería Extensiva de COAG, Gaspar Anabitarte, calificó de "muy positivo" el respaldo de la UE a la rebaja de protección del lobo, argumentando que es una señal de que las políticas de conservación han sido exitosas hasta ahora. "La presencia del lobo se ha recuperado en gran parte de Europa. Hoy en día, hay lobos en países donde antes estaban prácticamente desaparecidos", destacó Anabitarte.
Felipe Molina, presidente de la Asociación Nacional de Ganaderos y Ganaderas en Extensivo (Anggex), subrayó la necesidad de mantener un equilibrio entre la conservación de las especies y la actividad ganadera, que ha sido especialmente afectada por el incremento de ataques de lobos. "En algunas zonas del norte de España, los ataques son constantes. Las administraciones autonómicas deben encargarse del control de los lobos que repiten ataques, en lugar de dejarlo en manos de los cazadores", comentó Molina.
El sector ganadero ha venido denunciando desde hace tiempo el impacto del lobo en su actividad, afirmando que el aumento de la población de esta especie en varias regiones ha generado pérdidas importantes. UPA valoró la decisión de la UE como una "buena noticia", ya que ajusta la protección del lobo a "la realidad actual", permitiendo una mayor flexibilidad en la gestión del conflicto. "En España, el lobo se ha estado expandiendo desde hace años y esto es algo que tanto los ganaderos como los científicos han constatado", afirmaron desde la organización.
A pesar del respaldo generalizado a la rebaja del estatus de protección del lobo, España se ha opuesto firmemente a esta iniciativa. El Gobierno español, encabezado por la ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, ha defendido la decisión de no apoyar la medida, argumentando que el país cuenta con su propia normativa de conservación del lobo, la cual considera que el estado de las poblaciones aún no permite relajar la protección.
Esta postura ha generado críticas dentro del sector ganadero español, que percibe la negativa de España como una traición a sus intereses. José María Castilla, de Asaja, calificó la decisión del Gobierno de "una puñalada" al sector ganadero, mientras que otros representantes del sector han señalado que esta falta de apoyo es "un empecinamiento" del Ministerio para la Transición Ecológica en mantener una política que no se adapta a la realidad del campo.
Desde Castilla y León, una de las regiones más afectadas por los ataques del lobo, el consejero de Medio Ambiente, Vivienda y Ordenación del Territorio, Juan Carlos Suárez-Quiñones, criticó duramente al Gobierno español por su negativa a apoyar la rebaja de la protección del lobo. "Es un día triste para la ganadería de Castilla y León. El Gobierno de España no entiende el medio rural ni defiende los intereses de nuestros ganaderos", afirmó Suárez-Quiñones. Según datos del consejero, los daños causados por los lobos a la ganadería han aumentado en un 30% desde que se implementó la protección total de la especie al norte del Duero.
Aunque los ganaderos celebran el respaldo de la UE a la rebaja de protección del lobo, organizaciones ecologistas han lanzado duras críticas contra la medida. WWF, BirdLife, la Oficina Europea de Medioambiente (EEB) y otras 300 organizaciones civiles firmaron una carta solicitando que el estatus del lobo se mantenga como "estrictamente protegido". Argumentan que, aunque ha habido una recuperación notable en algunas regiones, las poblaciones de lobos siguen estando "lejos de ser viables".
Theo Oberhuber, de Ecologistas en Acción (EA), denunció que la decisión responde a "intereses políticos" y no científicos. Según él, el cambio de estatus del lobo "carece de fundamento científico" y podría abrir la puerta a más retrocesos en la protección de la biodiversidad en Europa.
Juan Carlos del Olmo, secretario general de WWF España, calificó la medida como un "grave retroceso" y criticó que la Comisión Europea haya cedido a las presiones de sectores políticos reaccionarios, ignorando los compromisos internacionales de conservación, como el Convenio de Berna y la Directiva de Hábitats de la UE.
Con la votación a favor de la mayoría de los países de la UE, la rebaja del estatus de protección del lobo podría consolidarse a finales de año, tras una segunda votación en el Consejo de Ministros y el Comité Permanente del Convenio de Berna. La medida aún debe ser formalmente ratificada, y cada país podrá decidir si adopta o no el cambio en su normativa nacional.
A pesar de la satisfacción de los ganaderos, quienes ven en esta medida una solución a los problemas que enfrentan con el lobo, el debate sigue siendo intenso. Ecologistas temen que esta decisión marque el inicio de un retroceso en la conservación de especies amenazadas, mientras que los ganaderos esperan que esto permita una mejor gestión de la coexistencia entre el lobo y las actividades humanas en las zonas rurales de Europa.