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Los casos comenzaron hace "un par de años", coincidiendo con el agravamiento de la situación económica, en la zona abulense del Alberche, donde algunos ganaderos han sido objeto de robos en los que los ladrones matan y despiezan a las reses en las propias fincas.

"Les pegan un tiro o dos, les cortan la cabeza, les sacan las tripas y las descuartizan, para llevarse las partes más valiosas, como las patas o el lomo", ha relatado a Efe Faustino Colado, un ganadero de El Tiemblo con cuyas reses los ladrones no llegaron a tanto, pero que ha visto cómo a compañeros de profesión les ocurría lo anteriormente descrito.

Corderos, terneros, cabritos y también gallinas han desaparecido en la zona del Alberche-Pinares, colindante con la Comunidad de Madrid, desde hace un par de años.

A Faustino le desaparecieron "hace varios meses" siete terneras y también le han robado "varias" gallinas, mientras que a Miguel Ángel Gallego, ganadero en esta misma población de más de 4.400 habitantes, hace un mes, le desaparecieron cuatro corderos.

Tanto en la Subdelegación del Gobierno como en la Guardia Civil han negado que existan, de forma "reciente", denuncias al respecto, aunque la organización agraria UCCL-Jóvenes Agricultores ha sido la que ha dado la voz de alarma en la zona.

Si en el norte de la provincia, en la comarca de La Moraña, los robos de herramientas, de cable y aluminio, así como en las viviendas, están creando, según han denunciado organizaciones agrarias como Upa y Coag, "inseguridad" y "miedo" entre la población, en esta otra parte del territorio abulense los ganaderos están siendo los más perjudicados.

En este caso, según UCCL-Jóvenes Agricultores, los "muchos" robos que se han registrado han incidido en el ganado ovino, aunque también el vacuno ha sufrido las incursiones de los cuatreros.

Para Jesús Muñoz, presidente de esta organización agraria en la provincia, esta situación podría ser una de las consecuencias de la crisis económica, que ha hecho que "la gente haga lo imposible por llevarse algo a la boca".

En opinión de Faustino Colado, esa podría ser una explicación "cuando faltan unos pocos animales" o, como ha ocurrido en la zona, han entrado en los huertos y se han llevado "patatas, tomates y lechugas", aunque, en El Tiemblo, un cabrero ha perdido "hasta cien cabritos" en "tres veces" que han entrado en su explotación.

Una "mayor" presencia policial, a juicio de los afectados, podría ser la "solución", especialmente de patrullas del Servicio de Protección a la Naturaleza (Seprona), de las que han considerado que "hay pocas" para atender unas poblaciones muy dispersas y en un territorio muy amplio.