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Las tenadas, construcciones populares levantadas a las afueras de los pueblos para guardar el ganado, deberán tener un nuevo uso o desaparecerán en una década, según asegura a Efe Francisco Martínez, coordinador de un proyecto sobre ellas de la Universidad de Burgos y la Fundación Oxígeno.
No existen registros oficiales puesto que se trata de construcciones populares que se realizaban en función de las necesidades ganaderas de cada zona, pero Martínez señala que a mediados del siglo XVIII el Marqués de la Ensenada registró más de 260 sólo en la comarca del Valle del Arlanza en la provincia de Burgos.
Según sus cálculos, pudieron llegar a existir alrededor de un millar de tenadas en toda la provincia, pero la paulatina despoblación del medio rural en los años cincuenta ha conllevado el abandono de la ganadería y de estas construcciones, que al quedar sin utilidad se han ido hundiendo y quedando en la ruina.
En la actualidad, solo tienen utilización ganadera en Burgos una media docena de tenadas, por lo que Martínez sostiene que, si no se apuesta por su revalorización con otros usos, "en una década acabarán desapareciendo".
Por eso, la Universidad de Burgos y la Fundación Oxígeno, dedicada a acciones medioambientales, han puesto en marcha un proyecto de prácticas de alumnos del Grado de Arquitectura Técnica que pretende "recoger y valorizar" las tenadas como "patrimonio único" en el que se encuentra "una de las raíces primitivas de nuestro saber arquitectónico", explica Martínez.
El coordinador del proyecto recuerda el carácter popular de estas construcciones, que eran realizadas por los propios ganaderos "que no sabían leer ni escribir, pero aprendían de sus mayores cómo levantar las tenadas para su ganado" con los materiales que tenían "más a mano" en cada zona.
En líneas generales, se trata de construcciones de planta rectangular, con muros perimetrales de mampostería de piedra, de escasa altura, estructura interior a base de pórticos de madera y cubierta de teja árabe a dos aguas.
Se levantaban en las afueras de los pueblos, en las zonas de pastoreo, con la finalidad de encerrar el ganado durante las noches para protegerlo de las inclemencias del tiempo y los depredadores.
Los alumnos de Francisco Martínez están trabajando en las "Tenadas de Valcárcel" en el municipio burgalés de Contreras donde se conservan trece edificaciones de la veintena que llegaron a existir en tiempo.
Además de identificar las diferentes tipologías de tenadas que pueden existir, los alumnos realizarán planos de cada una de ellas y analizarán los detalles constructivos, materiales y arquitectónicos, pero también los aspectos socio-etnográficos y medioambientales.
Además de constatar su existencia, Martínez valora la posibilidad de ofrecer proyectos reales de conservación y reutilización para que "no se pierda" este patrimonio tradicional que se puede convertir en ecomuseos, albergues o refugios de montaña.
En este sentido, el coordinador del proyecto pone como ejemplo la localidad burgalesa de Caleruega, cuyo ayuntamiento ha recuperado las tenadas y realiza en ellas exposiciones y otras actividades.
Pedro Sedano