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La inminente propuesta para simplificar la Política Agraria Común (PAC) reabre la expectación y un periodo decisivo para el futuro de las ayudas al campo y su presupuesto, en un contexto incierto marcado por la guerra comercial y las dudas sobre las exigencias ambientales.
El sector agrario español vive el Día de Europa (9 de mayo) con la mirada puesta en el 14 de mayo, fecha en la que la Comisión Europea (CE) previsiblemente presentará su propuesta de simplificación de la PAC, un paso previo a la futura reforma estructural de esta política, que se desarrollará en paralelo a las negociaciones del presupuesto 2028–2034.
Un año después de las masivas tractoradas y de las elecciones al Parlamento Europeo, en las que las protestas rurales influyeron en los resultados, el agro europeo se encuentra ante unas instituciones más escoradas hacia la derecha y menos influenciadas por partidos verdes, lo que coincide con un contexto internacional complejo debido a los aranceles.
La gran incógnita es cómo se traducirán las promesas en medidas concretas, siendo la PAC una de las pruebas clave. En el caso de España, tercer país receptor, más de 600.000 agricultores y ganaderos se benefician de esta política, con 4.889 millones de euros en pagos directos previstos para 2025.
La presidenta de la CE, Ursula von der Leyen, y el comisario europeo de Agricultura y Alimentación, Christophe Hansen, han defendido la propuesta como una respuesta a las demandas del sector y una herramienta para aligerar la burocracia.
Según los borradores conocidos (aún susceptibles de cambio), se incluirían exenciones para explotaciones ecológicas, mayor flexibilidad en los pagos por ganado o colmenas y facilidades en las intervenciones de crisis.
Para España, estas medidas podrían aliviar a productores de zonas agrícolas amplias y de sectores extensivos, según un portavoz de las organizaciones agrarias consultado por Efeagro.
Pero el foco político se centra en los artículos que podrían impedir la obligación de revisar los planes estratégicos de la PAC cuando cambie la legislación climática o medioambiental, algo que generaría un cambio de rumbo significativo.
Las organizaciones agrarias españolas, representadas por el Copa-Cogeca en Bruselas, han valorado positivamente la simplificación, aunque han alertado sobre la incertidumbre en torno al marco financiero plurianual, cuyos primeros documentos se presentarán en julio, mes en que también podrían conocerse nuevos textos sobre la PAC.
El Copa-Cogeca prevé celebrar una concentración el 20 de mayo en Bruselas como advertencia al rumbo que podrían tomar las instituciones europeas, según ha explicado a Efeagro José María Castilla, director de Asaja en Bruselas.
Esta semana, el comité de agricultores ha enviado una carta a Von der Leyen, expresando su preocupación por propuestas que podrían "desarticular" la PAC, una política creada hace 63 años.
Uno de los temores principales es la fusión de la financiación comunitaria en un "fondo único", lo que implicaría la eliminación del Feaga (fondos directos) y del Feader (desarrollo rural), los dos pilares de la PAC actual.
Castilla ha reconocido el nuevo estilo de diálogo de la Comisión, pero ha reclamado que se pasen “de las palabras a los hechos”, especialmente tras la “bofetada de realidad” que han supuesto los aranceles internacionales. “Hay que ligar el gasto en defensa a la seguridad alimentaria”, ha subrayado.
La guerra comercial es una de las principales preocupaciones del sector agroalimentario, que también se ve afectado en otros niveles, como la industria o la importación, según ha explicado Jorge de Saja, director general de Almendrave (almendra), y representante de Afoex (oleaginosas) y Cesfac (piensos).
Respecto a la situación en Bruselas, De Saja ha señalado que las prioridades han cambiado, lo cual se refleja en decisiones como la demora en la aplicación del reglamento contra la deforestación o los debates sobre bienestar animal, síntomas de una mayor sensibilidad de los eurodiputados hacia nuevas realidades.
Mercedes Salas