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Cantidad, calidad y diversidad ganadera hacen de España una potencia mundial


Madrid - 2015-06-25 17:29:06
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España se ha convertido en estos 25 años en una de las principales potencias ganaderas de la Unión Europea, tanto por la cantidad, como por la calidad y la diversidad de sus producciones.

La cabaña anual ronda los 90 millones de cabezas de ganado -porcino, bovino, ovino, caprino y gallinas ponedoras-, a las que hay que sumar 1,4 millones de toneladas de carne avícola.

Esta realidad ha permitido, a su vez, el desarrollo de una potente industria nacional de fabricación de piensos que trabaja a diario con grandes cantidades de materias primas (principalmente cereales y oleaginosas), suministradas por el mercado nacional e internacional.

En los últimos 25 años la ganadería española ha cambiado, y mucho, al ritmo que ha marcado la Unión Europea: han sido las autoridades comunitarias las que con las diferentes reformas de la Política Agraria Común (PAC) han orientado el camino a seguir, especialmente en vacuno de carne y de leche, ambos con ayudas directas a los ganaderos.

Bruselas también ha reaccionado en este cuarto de siglo a las diferentes crisis alimentarias que han sacudido la confianza del consumidor y las cuentas de resultados del sector.

La aparición de la enfermedad de la Encefalopatía Espongiforme Bovina (EEB, conocida como "crisis de las vacas locas") marcó un antes y un después para los productores, la industria y el consumidor, hasta suponer una auténtica revolución en materia de seguridad alimentaria.

Esta enfermedad apareció en 1990 en Reino Unido y, diez años después (noviembre de 2000), se registró el primer caso en España.

El sector también ha hecho frente a otras enfermedades como la peste porcina, la fiebre aftosa, la gripe aviar o la lengua azul.

Desde entonces, la UE ha ido desarrollando un extenso paquete de normas en materia de trazabilidad, seguridad alimentaria, sanidad, bienestar animal y de respeto al medio ambiente.

Una legislación que, en definitiva, ha cambiado para siempre la manera de practicar la ganadería en Europa.

Productores y transformadores han tenido que hacer un importante esfuerzo para adaptarse a estas normativas que, por otra parte, han facilitado a España entrar en el mercado internacional.

Un mercado global en el que brilla con luz propia el sector cárnico español, entre ellos el vacuno, que está incrementado sus ventas de forma continuada en países principalmente árabes, como Líbano.

En el "top ten" de los más comercializados en el exterior también se encuentran la leche y sus derivados.

Si nos fijamos en el consumo de los españoles, destaca el éxito de los productos cárnicos -dos de cada diez euros gastados en alimentación se invierten en la adquisición de carne- y también es relevante el consumo de leche y huevos.

La ganadería española es eminentemente de producción en intensivo; si bien la práctica en extensivo tiene un papel fundamental en el mantenimiento del paisaje, de razas autóctonas, de la biodiversidad y de ecosistemas únicos.

La dehesa es uno de ellos y constituye el hábitat natural del cerdo ibérico; raza oriunda de la Península de la que se obtiene el jamón ibérico, una de las joyas gastronómicas.

Y es que la excelencia de los productos ganaderos españoles ha sido respaldada por la Unión Europea en estos 25 años, con el reconocimiento de numerosas denominaciones de origen (DO) e indicaciones geográficas protegidas (IGP) repartidas por todo el país

 

Juan Javier Ríos

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