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En febrero, las existencias de aceite de oliva alcanzaron las 738.810 toneladas, de las cuales 462.550 se encuentran en almazaras, 266.051 en envasadoras y 10.209 en el Patrimonio Comunal Olivarero. Estos datos confirman la peor cosecha desde 1995-1996, según COAG.
La Agencia de Información y Control Alimentarios (AICA) ha publicado los datos de mercado del sector del aceite de oliva correspondientes a febrero. Estos datos revelan que a 28 de enero, con la campaña finalizada, se había recogido en España un total de 652.086 toneladas de aceite. Esta cifra es 601 toneladas menos que las producidas en la campaña 2012-2013, considerada hasta ahora como la peor campaña del siglo XXI.
Andalucía produjo 501.737 toneladas de aceite, menos de lo previsto, y Jaén produjo 177.209 toneladas, también por debajo de las estimaciones iniciales. El ritmo de salidas se mantiene constante, con 58.482 toneladas vendidas, a las que se suman algo más de 20.000 toneladas de importaciones, lo que eleva el total a 80.000 toneladas.
La comercialización de 93.000 toneladas de aceite de oliva, incluyendo las importaciones, y la producción acumulada de 652.086 toneladas en lo que va de campaña demuestran que hay menos aceite del previsto y que el nivel de venta se mantiene estable incluso con altos precios en los lineales.
El responsable de la Sectorial de Olivar y Aceite de UPA y secretario general de UPA Andalucía, Cristóbal Cano, ratificó que será complicado superar las 680.000 toneladas de aceite de oliva, lo que marcará el consumo en los próximos meses.
Según la AICA, el consumo está garantizado, hay aceite suficiente disponible para garantizar el abastecimiento y el precio se encuentra estabilizado en unos niveles satisfactorios para el olivar tradicional. Sin embargo, el secretario general de COAG Jaén y responsable de olivar de COAG Andalucía, Juan Luis Ávila, reclama un paquete especial de medidas ante la situación, especialmente desastrosa para los olivareros de la provincia de Jaén.
La campaña de 24 meses que tienen que afrontar los olivareros de la provincia de Jaén es aún más complicada debido a la sequía, que aún no ha terminado, al desorbitado aumento de los costes de producción a causa de la guerra en Ucrania, así como a la puesta en marcha de la nueva Política Agraria Común (PAC).