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¡A jugar!... con el sector agroalimentario


Madrid - 2023-05-15 13:38:09
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Hace sólo una semana se prometió crear supermercados públicos con el nombre de "Precios Justos", que recuerda al exitoso programa en el que se animaba a los concursantes ¡A jugar!; es sólo un ejemplo de lo que se promete a un sector acostumbrado a que se le apague el foco tras los comicios.

En España, la cadena agraria y alimentaria vende poco, no tiene mucho tirón, quedando muchas veces arrinconada en la agenda socio-política, a excepción de cuando hay polémicas, sequías o la subida de precios hacen saltar las alarmas.

Eso ha hecho que, normalmente, los líderes políticos pisen poco el campo y que, cuando lo hacen, tienda a ser en campaña y para hacerse fotos en granjas, unas instantáneas que terminan quedando impostadas.

Las visitas a industrias alimentarias tampoco es que tengan una prioridad en la agenda política, si bien, es más habitual que los líderes se dejen ver por fábricas y cooperativas de envergadura, conscientes de su verdadera importancia para la economía nacional.

En todo caso, aún queda camino para igualarse con la vecina Francia donde es impensable que un presidente de esta república no pasee e inaugure el Salón Internacional de la Agricultura, en la capital del país.

En España, no hay nada parecido en Madrid; por importancia sería la feria internacional de Zafra la referente y, más allá de los titulares de la cartera de Agricultura, es difícil ver a un presidente del Gobierno o incluso a un líder de la oposición acariciando ganado.

Si se echa la vista atrás, de los dos últimos presidentes del Gobierno, Sánchez fue a Zafra cuando estaba en funciones a dos meses de las elecciones generales de noviembre de 2019 mientras que su antecesor, Mariano Rajoy, recibió la invitación oficial para la edición de 2017 pero al final no fue.

Es verdad que desde la gran manifestación en Madrid de "La Revuelta de la España Vaciada" en marzo de 2019 pero, sobre todo, desde la pandemia ha cambiado un poco esta tendencia porque el miedo al desabastecimiento en los supermercados sí impactaba entre la clase política, social y en los medios generalistas.

Luego se le unió la irrupción de la guerra con la crisis global de precios y una inflación alimentaria sin precedentes que también copó y copa titulares, normativas y promesas.

Es decir, cuando la crisis llega al súper, con falta de abundancia alimentaria o alimentos a precios desorbitados, es cuando toda la cadena, desde el productor, pasando por la industria y por las cadenas de distribución, entran en la actualidad, tienen el foco.

También suele haberlo para la polémica, como la famosa de las "macrogranjas" a principios de 2022; o cuando los agricultores deciden plantarse con sus tractores en la Castellana, ofreciendo imágenes que llaman la atención al verse como pintorescas en una sociedad urbana alejada de lo rural.

Pero 2023 está aquí, la primera cita electoral está a la vuelta de la esquina y lo hace justo en ese contexto en el que las cosas del comer tienen importancia para el consumidor final y el campo reclama la suya ante una sequía histórica que también se ha hecho hueco en todas la agendas.

Y parece que promesas no les faltan: desde el PSOE se han centrado en la sostenibilidad y en el relevo generacional; desde el PP ponen el foco en los seguros agrarios o en la ganadería extensiva; VOX quiere más protección de los productos nacionales frente a las importaciones; y Unidas Podemos está decidida a crear supermercados públicos.

Después de dejar el voto, será el tiempo el juez implacable que dictará sentencia sobre lo que se ha hecho y lo que no.

 

Juan Javier Ríos