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El primer ministro francés, Sébastien Lecornu, se puso este martes al frente de la acción del Gobierno para tratar de calmar la ira del sector agrícola por la gestión de la lucha contra la dermatosis nodular contagiosa del bovino y la próxima firma del acuerdo comercial entre la Unión Europea (UE) y el Mercosur.

“La prioridad absoluta es acelerar esta vacunación. Y para ello, necesitamos dosis y eliminar una serie de obstáculos logísticos”, afirmó Lecornu durante la sesión de control al Gobierno en el Parlamento.

Para lograrlo, el Ejecutivo movilizará a veterinarios de las Fuerzas Armadas, a profesionales retirados voluntarios y a estudiantes de veterinaria, dentro de una estrategia coordinada por una célula interministerial dirigida por Pascual Sanjuan, según detalló posteriormente el Gobierno en un comunicado.

El Ejecutivo precisó además que Francia está en contacto con Italia y España para coordinar la gestión de la crisis y permitir la exportación de ganado vacuno vacunado lo antes posible a estos dos países, principales destinos de las exportaciones bovinas francesas, así como con la Comisión Europea.

La campaña de vacunación, que se ajustará diariamente, afecta a 750.000 animales en una zona de vigilancia ampliada de ocho a diez departamentos. Incluye los territorios con brotes confirmados (Ariège, Aude, Haute-Garonne, Hautes-Pyrénées y Pyrénées-Orientales) y otros cinco que actúan como cordón sanitario (Gers, Hérault, Landes, Pyrénées-Atlantiques y Tarn).

El acceso a las vacunas se facilitará mediante la movilización de los servicios logísticos del Ejército y de la seguridad civil, encargados del transporte de las dosis. Por ahora, el Ministerio de Agricultura dispone de medio millón de vacunas, que ya se están distribuyendo.

La semana pasada se realizó un nuevo pedido, con una primera entrega prevista de 400.000 dosis a partir del 18 de diciembre.

“Se mantendrán nuevas dosis en reserva para garantizar su disponibilidad inmediata en caso de extensión de la enfermedad”, indicó el Ejecutivo.

Paralelamente, se aplicarán controles reforzados para evitar la propagación del virus mediante el movimiento del ganado, que sigue prohibido en las zonas afectadas.

La batería de medidas incluye también un plan de ayudas de 10 millones de euros para los ganaderos perjudicados, junto a exoneraciones fiscales y un programa de reconstitución de explotaciones afectadas por los sacrificios.

Con este paquete, Lecornu busca apaciguar el descontento de sindicatos como Coordinación Rural, el segundo mayor del sector y cercano a la extrema derecha, y la Confederación Campesina, de tendencia izquierdista, que rechazan el sacrificio sistemático de rebaños en los que se detecta un solo caso positivo.

Hasta la fecha, Francia ha registrado 113 brotes desde la aparición de la enfermedad en Saboya (este) el pasado verano. La estrategia oficial se apoya en tres pilares: sacrificio inmediato, vacunación y restricciones de movimiento.

Manifestación en Bruselas contra el pacto UE-Mercosur

El entorno del primer ministro avanzó que Lecornu se reunirá “durante la semana” con los sindicatos para abordar tanto la crisis sanitaria como el acuerdo UE-Mercosur, otra de las grandes preocupaciones del campo francés.

La FNSEA-Jóvenes Agricultores, el principal sindicato agrario del país —favorable al sacrificio sanitario—, anunció que al menos 4.000 agricultores acudirán el jueves a la manifestación en Bruselas convocada por Copa-Cogeca, coincidiendo con la cumbre europea que debe pronunciarse sobre el acuerdo por mayoría cualificada.

El sindicato animó también a movilizaciones dentro de Francia, no solo contra Mercosur sino también contra la reforma de la Política Agrícola Común (PAC). El campo francés vive una “crisis existencial”, advirtió su secretario general, Hervé Lapie.

“La crisis sanitaria no debe ocultar la crisis estructural de la agricultura. La PAC, el Mercosur y la tasa de ajuste de carbono en frontera son la gota que ha colmado el vaso”, subrayó.

En el debate político, la líder ultraderechista Marine Le Pen pidió este martes al presidente Emmanuel Macron que rechace directamente el tratado, en lugar de solicitar un aplazamiento hasta 2026 de la votación prevista esta semana en Bruselas.

“La soberanía de nuestro país está en juego”, afirmó.

 

Cortes ferroviarios y de autopistas

Las protestas agrícolas continúan intensificándose. Este martes, una movilización interrumpió el tráfico ferroviario entre Toulouse y Narbona en la línea Burdeos-Marsella, según informó la SNCF.

Al mismo tiempo, el tráfico por carretera sufre por cuarto día consecutivo importantes interrupciones en varias autopistas del sureste y del sur de Francia, entre ellas la A63 (España-Burdeos). Los gestores advirtieron de que la situación evoluciona rápidamente y que podrían producirse nuevos bloqueos que afecten a gran parte de la red viaria.