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Técnicos de la Consejería de Ganadería, Pesca y Desarrollo Rural de Cantabria han confirmado la llegada a la región de la denominada avispa asiática, una especie invasora que puede producir daños en las colonias de abejas.

En concreto, se han detectado y capturado dos ejemplares de este tipo de avispa, la 'Vespa velutina', en la localidad de Ojébar, en el municipio de Rasines, según han explicado en sendas notas de prensa la propia Consejería y la Federación de Asociaciones de Apicultores de Cantabria (FAAC).

Los animales fueron localizados y capturados por el apicultor Marcos Negrete, que forma parte del dispositivo de vigilancia puesto en marcha ya en el mes de mayo por la Consejería y el sector para estar alerta ante la previsible llegada de esta especie, que ya se había detectado en otras comunidades cercanas.

Técnicos de la Consejería han analizado los ejemplares capturados y han confirmado que se trata de esta especie, aunque de momento no hay constancia de daños en colmenas ni de la presencia de nidos de la avispa asiática.

Los jefes de las comarcas colindantes con el País Vasco están en alerta para la posible localización de nuevos ejemplares y se mantienen también en contacto con los apicultores de la zona.

El director general de Ganadería, Santos de Argüello, ha destacado que se están "intensificando" las medidas de vigilancia y control, que son, según dice, "la mejor manera de combatir la presencia de estos animales", cuya llegada a Cantabria "no es posible evitar".

Además, ha señalado que se aumentarán los contactos con los apicultores, que ya habían recibido información, y serán asesorados sobre trampas para capturar a estas avispas.

De Argüello ha animado a los apicultores a continuar la "buena labor" de vigilancia que han desarrollado hasta ahora y a alertar a la Consejería de manera inmediata si detectan más ejemplares.

La Federación de Asociaciones de Apicultores, por su parte, ha considerado que ahora es el momento de activar un protocolo de actuación para empezar a luchar contra esta especie, intentar frenar su avance y minimizar los daños que puede representar para el sector.

La organización apoya además las iniciativas de otros colectivos de comunidades donde ya está asentada esta avispa, que piden a los gobiernos regionales y al Estado medidas de control, protocolos de retirada de nidos y proyectos de investigación para encontrar medios de control más eficaces.

La avispa asiática llegó accidentalmente a Europa en el año 2004 en un cargamento importado de China en el que había hembras fecundadas.

La especie se extendió rápidamente por el sur de Francia y en el verano de 2010 se detectó ya su presencia en la Península Ibérica.