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La Unión de Pequeños Agricultores de Extremadura (UPA) ha reclamado hoy a la Junta y al Ministerio de Agricultura que se levante el bloqueo de movimiento en las explotaciones de ovino y bovino sin vacunar de la lengua azul, que entró en vigor el pasado 18 de abril.
Según señala esta organización en una nota, esta circunstancia está agravando las pérdidas por la sequía, ya que los ganaderos se ven obligados a mantener y a alimentar a los animales hasta la finalización de la revacunación a los 21 días de la inoculación de la primera dosis.
UPA-UCE señala que los ganaderos extremeños están viviendo una situación "complicada" ante el bloqueo de más de un mes que se genera en las explotaciones por la decisión de estas administraciones de no permitir a los ganaderos que realicen movimientos en sus explotaciones.
Por este motivo, el secretario general de UPA-UCE de Extremadura, Ignacio Huertas, ha augurado un "año catastrófico" para los sectores ganaderos por el aumento de los costes de producción.
Por ello, reclaman a la Junta que permita el movimiento de terneros y corderos a cebaderos y centros de tipificación dentro de la Comunidad Autónoma hasta el 31 de mayo, con el compromiso de vacunar esos animales en el cebadero.
"Es la decisión que se ha tomado en Andalucía y creemos que puede amortiguar las pérdidas que tenemos en la actualidad", señala Huertas.
Asimismo, desde la organización profesional agraria exigen al Ministerio de Agricultura la autorización de movimientos de animales a otras Comunidades Autónomas con la inoculación de la primera vacuna.
Esto permitiría que los terneros y corderos que se ceban fuera de Extremadura se puedan enviar, evitando así aumentar las graves pérdidas que ya está ocasionando la sequía".
Para UPA-UCE, al no permitir la libertad de movimientos se incrementan los costes de producción al tener que alimentar a más animales en la explotación de los que alimentarían en una situación normal, algo que perjudica de manera importante a las explotaciones extremeñas, que se encuentran al borde de la rentabilidad debido a los problemas climáticos de esta campaña.
UPA-UCE recuerda que la lengua azul es una "enfermedad de papel", que no tiene traslación al ser humano y que en la actualidad genera importantes problemas económicos a los ganaderos.