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La Consejería de Agricultura y Ganadería de Castilla y León ha abierto una línea de ayudas dotada con 200.000 euros para reposición de reses como consecuencia de su sacrificio en aplicación de programas sanitarios oficiales de enfermedades de los rumiantes.
Esa dotación presupuestaria de 200.000 euros se ha calculado una vez que se han conocido los animales sacrificados en el año 2016, lo que permitirá atender a todos los ganaderos afectados, según han detallado hoy fuentes de la Consejería a través de un comunicado.
El Boletín Oficial de Castilla y León (Bocyl) publica hoy la orden que regula la concesión de las ayudas para la Compra de Ganado Bovino, Ovino y Caprino que tenga por objeto la reposición de reses como consecuencia de su sacrificio en aplicación de programas sanitarios oficiales de enfermedades de los rumiantes.
Se trata de animales sacrificados dentro de las campañas de saneamiento como la de la brucelosis bovina/ovina/caprina, la tuberculosis bovina, las encefalopatías espongiformes transmisibles y la lengua azul, e incluye también otras enfermedades entre las que destaca la tuberculosis caprina.
Según la Consejería, en Castilla y León los avances favorables en la lucha frente a estas enfermedades se han sustentado en la profesionalidad, seriedad y rigurosidad tanto del sector ganadero como de la Administración autonómica.
Por todo ello, el estatus sanitario alcanzado por las explotaciones ganaderas de la Comunidad les permite acceder con ventaja a los mercados de animales vivos y sus productos.
En el caso de la brucelosis bovina, en 2016 no se obtuvo ninguna explotación positiva y la Unión Europea declaró las provincias de Burgos, Soria y Valladolid como oficialmente libres.
Respecto a la tuberculosis bovina, el avance en el saneamiento es paulatino y constante y la prevalencia, número de explotaciones positivas sobre el total de explotaciones saneadas, se cifró en 2016 en el 1,87 %.
En solo tres años, según la Consejería, la prevalencia se ha reducido en el 35 %; lo que supone una consolidación del estatus sanitario autonómico, lo cual mejora la situación de los ganaderos de bovino castellanos y leoneses frente a los de otras comunidades.