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Fraude en la carne: una práctica inusual que genera impacto en el consumidor


Madrid - 2017-06-20 10:50:22
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La detención hace un mes de 14 personas en una cárnica burgalesa por vender productos de baja calidad en lugar de la carne de vacuno que decían contener según su etiquetado, es el último episodio de una práctica no generalizada pero que impacta con periodicidad en la opinión pública europea.

Efeagro ha consultado con el sector cárnico, con consumidores y con administraciones encargadas de inspecciones alimentarias estos casos que, si bien no comprometen la salud y son puntuales, suponen un fraude que se encuentra fundamentalmente en el etiquetado de los procesados cárnicos de más valor.

La normativa comunitaria vigente sobre etiquetado (Reglamento 1169/2011) subraya que las etiquetas -"visibles, legibles e indelebles"- tienen que contener la denominación legal, el estado físico y la lista de ingredientes, "que tienen que ser mencionados en orden decreciente de peso".

Además, los ingredientes se expresarán "en un porcentaje que corresponda a la cantidad" que hay de cada uno de ellos en el producto por lo que, si se trata de carne de vacuno, debe reflejar el porcentaje del mismo.

La ley estatal de defensa de la calidad alimentaria aprobada en 2015 es la que vela para evitar estos fraudes y, para ello, se decidió incrementar la sanciones que varían dependiendo de si la infracción es leve (hasta 4.000 euros), grave (entre 4.001 y 150.000 euros) o muy grave (de 150.001 a 3 millones de euros).

No obstante, esta norma aún no está implantada en todo el territorio al estar recurrida ante el Tribunal Constitucional.

2012 marcó un antes y un después en la lucha contra estas prácticas a raíz del hallazgo de restos de carne de caballo en hamburguesas de vacuno en varios países de la Unión Europea.

España reforzó sus inspecciones e implementó un programa nacional que se suma a los que ya se ejecutaban ordinariamente en todas las comunidades autónomas.

En Aragón, se trabajan ambos programas y el jefe del Servicio de Seguridad Agroalimentaria de esta región, Javier Martínez, detalla a Efeagro que las muestras de carne recogidas se someten a un estudio del etiquetado y de su composición físico-química para comprobar que cumplen las disposiciones legales.

Las empresas investigadas se eligen cada año en función de "criterios de riesgo", como el tamaño de la empresa, volumen de ventas, antigüedad o la existencia o no de irregularidades anteriores.

En 2016, se realizaron 20 controles a productos cárnicos en Aragón dentro del programa rutinario -excluidos carne fresca y productos del cerdo ibérico-, y se detectaron siete infracciones de "menor importancia" en el etiquetado, que se solventaron sin sanción económica.

En Castilla y León, se efectuaron el año pasado 119 controles en carne y productos cárnicos y se incoaron ocho expedientes sancionadores, según los datos aportados por la Consejería de Agricultura y Ganadería.

Las mismas fuentes han detallado que los controles se realizan en las industrias inspeccionadas, donde se verifica la existencia de los permisos y registros inherentes a la actividad y se supervisan las instalaciones y procesos productivos.

Además, se controlan las materias primas usadas en la producción, la correcta trazabilidad y se toman muestras de las etiquetas y de los productos para su análisis en el laboratorio.

Pero a pesar de estas inspecciones, los fraudes siguen existiendo y para ponerle cifras a estas prácticas, la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ha realizado análisis de muestras de carne picada envasada en los últimos años.

El último lo ha publicado recientemente y ha consistido en estudiar las carnes mejor y peor valoradas del anterior informe de 2015.

En ese estudio de 2015, se tomaron 22 muestras, de las que 13 (59 %) presentaban un etiquetado muy bueno, bueno o aceptable.

Los resultados del nuevo estudio indican que hay una mejoría en la información y el etiquetado y de hecho la OCU concluye que, "en general, la carne picada y los preparados que se encuentran ahora son mejores que los de hace un par de años" y que "la presión de los consumidores no es ajena a esta mejora".

El sector productor e industrial también ha tenido que redoblar sus esfuerzos para lanzar un mensaje de tranquilidad; el último de ellos lo ha lanzado recientemente la propia Interprofesional de la Carne de Vacuno (Provacuno) en el que indican que actualmente existen "todas las garantías" por parte del sector cárnico para que el consumidor pueda estar tranquilo ante cualquier producto.

Sobre los fraudes, desde Provacuno ya han mostrado en varias ocasiones su rechazo y exigen "contundencia" para perseguirlos porque "enturbian" el "buen trabajo" desarrollado por el sector.

 

Juan Javier Ríos