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Ignacio Marcial García es uno de los agricultores que han secundado este jueves la tractorada que ha recorrido el centro de Logroño, convocados por ARAG-ASAJA, y ha reconocido que, tras un año, "estamos aún más quemados", en recuerdo a la que se celebró en la capital riojana en enero de 2022, en la que también participó.

Su participación pretende visibilizar ante la ciudadanía "la problemática" que hay en el campo y reivindicar también a los gobiernos que "o nos ayudan o el campo se va".

Así lo ha relatado a EFE este viticultor y fruticultor de la localidad riojana de Entrena, quien, a pie de su tractor, ha participado en esta protesta, que secunda por segundo año consecutivo y que, en ambas ocasiones, ha sido "pacífica", aunque con el componente añadido de que, después de un año, "estamos aún más quemados".

Unos 500 tractores, según la organización, provenientes de toda La Rioja, han partido desde la explanada del Palacio de los Deportes, a las afueras de la ciudad, para desfilar por el centro de Logroño bajo el lema "El campo necesita hechos, las palabras no nos alimentan".

Durante más de dos horas, los tractores, con sus bocinas entonadas, adornados con octavillas que recogen las reivindicaciones de la tractorada, y banderas de España y de La Rioja, han hecho este recorrido.

A su paso por el centro, la tractorada ha suscitado la curiosidad de numerosos viandantes, muchos de los cuales han fotografiado esta estampa que, en una gélida mañana, ha llenado de color y vistosidad la ciudad, cuyo tráfico ha quedo interrumpido al paso de los tractores.

"Estamos aquí, después de un año, porque vemos que las cosas no mejoran", ha relatado Marcial García, preocupado por la "elevada subida de todos los productos que necesitamos para producir", por lo que "o los gobiernos se dan cuenta de que (el campo) somos el pilar y el motor de la sociedad y nos ayudan, o el campo se va".

Actualmente, en el sector primario "tenemos una problemática económica que podremos soportar un o dos años, pero cinco no porque así no se va a poder aguantar", ya que "en torno a los combustibles, los fitosanitarios y los abonos hay unos precios muy desorbitados en comparación con el producto final de venta de lo que producimos".

EL CAMPO NO QUIERE VIVIR DE LAS SUBVENCIONES

En la misma línea y junto a su tractor, Alex Lasheras, agricultor de Medrano, ha asegurado a EFE que "ha pasado prácticamente un año y volvemos a estar en peores condiciones".

"Nunca habían durado tanto tiempo las crisis en el sector primario, pero, desde la pandemia, después la guerra de Ucrania y ahora esta inflación, llevamos tres o cuatro años y no vemos salida", ha relatado.

La frase repetida entre los participantes ha sido que el campo "no quiere vivir de las subvenciones", sino de su producto y de su trabajo y quiere recibir unos precios dignos por lo que produce.

"Esperemos empezar a obtener resultados y si no, volveremos a salir", ha dicho Marcía García.

Eduardo Garrido y Javier Ruiz, dos jóvenes agricultores, de Tudelilla y Aldenueva de Ebro, respectivamente, han expresado a EFE la misma problemática, decepcionados con la situación y con los elevados costes de producción en el campo.

Han reconocido que hay motivos por los que la juventud no quiere dedicarse al campo y, como ha indicado Javier Ruiz, "hace seis años me incorporé a la agricultura, tenía mucha ilusión por ella, me gustaba desde muy pequeño el campo, pero para vivir del campo, aparte del sacrificio y para que sea rentable, hace falta mucha tierra".

QUE NOS DEJEN EN PAZ A LOS JÓVENES

Por su parte, Eduardo Garrido ha pedido al Gobierno que deje "en paz" a los jóvenes agricultores y no les sature de trabas burocráticas.

En la misma línea, José Luis Iruzubieta, de Sotés, ha añadido que "en esta situación no se puede aguantar mucho tiempo".

"En los pueblos -ha subrayado- cada vez nos damos más cuenta de que la gente no se va a quedar en el campo y muchos de los que están van a tener que abandonarlo porque esta situación va a ser insostenible".

Junto al tractor de cabecera, Acacio Zorzano Burgos, agricultor jubilado, de Agoncillo, montado en una cosechadora y junto a sus dos nietos agricultores, ha relatado a EFE que, "antaño, en el campo, éramos felices, pero ahora ya no podemos sacar esto adelante porque la agricultura no nos da ni para comer".

A sus 76 años, con el bastón en la mano y visiblemente emocionado, ha expresado su apoyo a la juventud, que es "el futuro" y ha pedido a los gobiernos apoyo al campo porque "de él comemos todos y si no, se hunde".

La marcha ha concluido en la zona del céntrico Paseo del Espolón, donde el presidente de ARAG-ASAJA, Eduardo Pérez Hoces, ha situado la falta de rentabilidad como el principal problema que actualmente atraviesa el campo, que "está peor que hace un año" y si la situación no mejora, ha avanzado, seguirán las movilizaciones.

Pilar Mazo