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El ganado ovino y vacuno ha regresado este fin de semana a Zafra (Badajoz) tras su ausencia en la Feria Internacional Ganadera de septiembre debido a la lengua azul, una enfermedad vírica que ha dejado importantes secuelas económicas y ante la que los expertos insisten en que la vacunación debe continuar.
El veterinario especialista en rumiantes, Rubén Prieto, ha subrayado durante el IV Foro Ganadero, celebrado en el marco de la Feria de Primavera, que la lengua azul no está erradicada:
“Como se transmite por mosquitos, en invierno desaparece, pero con el calor volverán los brotes”.
Actualmente, la península ibérica es zona de vacunación voluntaria y de libre movimiento animal, mientras que Baleares tiene obligación de vacunar contra el serotipo 8 y Canarias permanece libre de la enfermedad, optando por medidas de control para evitar su entrada.
Prieto alerta de que la aparición de nuevos serotipos ha complicado la situación:
“Vacunar es más caro y no ha habido vacunas suficientes, lo que se traduce en más costes”.
Las consecuencias económicas son palpables. El secretario ejecutivo de la Asociación Española de Ovinos Precoces, Eugenio Espinosa de los Monteros, denuncia que las secuelas han afectado directamente al “bolsillo de los ganaderos”, y recuerda lo vivido en 2024:
“Muchos animales abortaron o malparieron, hubo pérdidas importantes”.
Es el caso de Domingo Arias, ganadero de Cáceres, quien estima que las pérdidas rondan los 20.000 a 30.000 euros.
“Además de las bajas directas, tuvimos abortos, reabsorciones y muchos gastos veterinarios. Fue muy duro”.
Ante este panorama, Espinosa insiste:
“Hay que estar prevenidos. En ovino ya estamos vacunando, porque son los más afectados”.
La vacunación es, según Rubén Prieto, la única medida eficaz junto al uso de insecticidas, aunque reconoce que
“En sistemas extensivos es muy difícil aplicar insecticidas de forma constante”.
Leopoldo Gómez, que expone 60 cabezas de ovino en Zafra, ya ha decidido vacunar este año:
“Por tranquilidad, la enfermedad es muy agresiva y vacunados sufren menos”.
También lo hará Jesús Verdugo, ganadero de vacuno de Mérida, tras ver afectados al 10% de sus animales en 2024:
“No queremos que se repita en 2025”.