Ganadería - Ovino


Un rebaño de 1.200 ovejas revive la esencia trashumante de Tierras Altas (Soria)


Soria - 2012-06-14 12:45:40
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Un rebaño de mil doscientas ovejas, procedente de Trujillo (Cáceres), ha cruzado hoy por el centro de Soria camino de Tierras Altas, comarca soriana merinera por excelencia, que por tercer año consecutivo reivindica un oficio casi perdido.

Con esta actividad, la Mancomunidad de Tierras Altas quiere poner en valor uno de los recursos fundamentales de la comarca, tanto para atraer turistas como para revivir un oficio que le dio riqueza durante siglos y que hoy se reduce a cuatro ganaderos trashumantes con una cabaña de unas ocho mil cabezas, frente a las 150.000 ovejas de la época de esplendor de la Mesta.

Se trata de la tercera ocasión en la que el ganado trashumante cruza la capital soriana y revive lo que era habitual hasta 1994, el último año en el que los ganados merinos cruzaron las calles de Soria.

El rebaño ha sido recibido de forma especialmente efusiva por los más pequeños, criados ya con internet y los MP3, en un camino de sesenta kilómetros por la Cañada Real Soriana Oriental que les conducirá el sábado hasta Oncala, pueblo merinero por excelencia.

Allí se revivirá el viejo oficio de pastor, desde el conteo y separación del ganado, hasta la degustación de migas pastoriales, pasando por una exhibición del hilado de la lana o un campeonato de esquileo.

"Es el hacer de Tierras Altas de toda la vida; es lo que ha marcado el carácter, la forma de vida y lo que nos diferencia un poco del resto de la provincia", ha señalado Raquel Soria, agente de Desarrollo Local de la Mancomunidad de Tierras Altas.

El ganadero del rebaño es Basilio Pérez, natural de la localidad soriana de Navabellida, quien ha explicado que es uno de los entre treinta y cuarenta pastores trashumantes que quedan en España.

El oficio le viene de familia, ya que su abuelo era uno de aquellos pastores que cruzaban por el cordel de la avenida de La Castellana, en Madrid, y que dormía en un chozo, camino de los pastos extremeños, según ha relatado.

Pérez ha asegurado que, aunque la crisis aprieta, nadie quiere dedicarse a este oficio y, de hecho, tienen muchos problemas para encontrar pastores o para esquilar las ovejas.

"Crisis hay pero no vayas a una persona a buscar para el campo, porque lo primero que te pregunta es por las horas y por tener los fines de semana libres", ha referido.

La trashumancia, el fenómeno económico que hizo grande y rica a Soria en el siglo XVIII, ha quedado reducida hoy a un acto "simbólico", según Pérez, en el que los vecinos de Tierras Altas recuerdan la nostalgía de un oficio que dio de comer a sus padres y abuelos.

"Hace cuarenta o cincuenta años, pasar ganado por la ciudad de Soria era un trabajo continuo, al cargarse en el tren 70.000 ó 80.000 ovejas", ha recordado.

Históricamente, la gran creación de Soria fue la Mesta, posible gracias a la existencia de extensos montes, eriales y dehesas.

El clima extremado obligaría a los pastores propietarios a practicar lo que los visigodos les habían enseñado, a subir y bajar de las sierras a los llanos, conforme los pastos se modifican por el frío o el calor.

Inicialmente, la trashumancia fue lateral, hacia las orillas más abrigadas, en el invierno, en el Ebro; y más tarde, conforme la reconquista española avanzó, hacia las zonas templadas del Guadalquivir y a la Extremadura.

En época del Conde de Campomanes, cuando se disolvió el Honrado Concejo -en el siglo XVIII-, la provincia de Soria superaba las 673.000 cabezas de ganado ovino, de las que 273.000 eran trashumantes, y sumaba un mínimo de 1.200 kilómetros de cañadas y cordeles (vías de 90 y 45 varas de anchura, respectivamente).

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