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La PAC cumple 50 años a punto de "retoques" que inquietan al campo


Madrid - 2012-01-23 17:52:57
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Mercedes Salas

La Política Agrícola Común (PAC) cumplirá 50 años en julio, en un contexto de austeridad económica y en medio de negociaciones en la Unión Europea (UE) sobre una nueva reforma que despiertan la inquietud del sector y de los países más agrarios.

Aunque los retoques que se avecinan no son estéticos, sino de calado, se puede decir que la PAC está consolidada y no peligra su continuidad, si bien son muchas las voces que piden modificaciones para que esta política logre sus objetivos, el reparto de sus fondos sea justo y, en definitiva, evite que la gente se vaya del campo.

La PAC entró en vigor el 30 de julio de 1962 y fue diseñada, tras la escasez de comida posterior a la II Guerra Mundial, con el fin de racionalizar la producción y garantizar un mercado y un nivel de vida digno a los productores.

Hoy en día es la política "más europea" y la que más fondos recibe del presupuesto comunitario, cerca de la mitad, con más de 56.000 millones anuales, y España es el segundo país más beneficiado, con 7.038 millones, según datos de 2010.

La PAC nació para unos pocos Estados (los 6 fundadores del mercado común europeo), ha sido sometida a muchas reformas y en estos momentos es objetivo de una revisión, precisamente según palabras del propio comisario europeo del ramo, Dacian Ciolos, para adaptarla a la talla de la UE, 27 países del norte, sur y centro de Europa.

Sus últimas grandes reformas, como la actual, han coincidido con revisiones del presupuesto general de la UE, lo que suscita los temores sobre un recorte del gasto.

Pero entre los 27 Estados miembros pocos hay que digan abiertamente que hay que rebajar el apoyo para el campo.

Además, la crisis económica ha provocado que se oigan menos bendiciones a la liberalización.

Por otra parte, la amenaza del cambio climático y su impacto en las cosechas o en el ganado ofrecen una nueva justificación para conservar los apoyos al campo europeo, con vistas a garantizar la producción de alimentos a precios asequibles.

Y es en los "precios", tanto o más que en las ayudas, donde está el problema del agricultor o el ganadero, que perciben remuneraciones muy ajustadas y reclaman un mayor margen de beneficio frente al poder de los supermercados: esta es la gran asignatura pendiente de la PAC.

Si se repasa la evolución de la PAC desde su nacimiento, destacan los años 80, en los que se logra el objetivo de una autosuficiencia, pero la UE se enfrenta a excesos de producción agrícola.

Las imágenes de las "montañas de excedentes" han perjudicado a la percepción social sobre el sector y han sido utilizadas por los detractores de esta política, hasta el punto de que la PAC se hizo impopular entre consumidores y contribuyentes, según recuerda la Comisión Europea (CE).

España entró en la UE, entonces Comunidad Europea, en 1986, pero su incorporación a la PAC para todos los productos agrícolas se completó en 1995.

Técnicamente hablando, los más veteranos destacan la importancia de dos reformas: la de 1992, conocida como "McSharry" -por el comisario irlandés de Agricultura que la impulsó-, y la de 2003, que introdujo el sistema de "pago único", que se aplica ahora.

Con la de MacSharry, la PAC pasa de ser una política de ayudas a precios a una destinada a mantener la renta de los agricultores, mediante pagos directos.

Pero en 2003 y con el entonces comisario europeo de Agricultura, Franz Fischler, temido en España, la UE aprueba otra reforma sustancial en la que se introduce un sistema de ayudas desligadas de la obligación de producir, conocido como el "pago único".

En España, esta ayuda se otorga para la mayoría de los sectores según referencias históricas y es este criterio el que la reforma actual va a hacer desaparecer, porque Ciolos pretende implantar una "prima fija" o pago básico más igualitario por países.

La reforma que ahora está en juego plantea otras ideas, como un incremento de las exigencias medioambientales, de manera que un 30 % de las ayudas esté condicionado al cumplimiento de ciertos servicios ecológicos y la desaparición de las cuotas lecheras o azucareras.

Aparte de las ayudas directas, la PAC incluye medidas de mercado y también, en lo que se conoce como "segundo pilar", apoyos al desarrollo rural, que está cofinanciado por los distintos países.

Precisamente uno de los desafíos de la PAC 2014-2020 es responder a las crisis mercantiles, ya sea por la especulación o volatilidad de precios, en años en que escasean las materias primas, o por alarmas como la del pasado verano en Alemania por el "E. coli", que perjudicó a la producción hortofrutícola española.

Otra denuncia habitual de los agricultores es la dificultad de afrontar la competencia de las importaciones de productos que no tienen que cumplir exigencias como las medioambientales o las relacionadas con el bienestar animal.

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