Ganadería - Ovino


La trashumancia familiar, una tradición milenaria que quiere seguir avanzando


Mérida - 2014-11-19 17:35:37
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Alejandro Jiménez, un pastor vallisoletano de 63 años, ha conducido hoy las 2.000 ovejas merinas que componen su rebaño por el centro de Arévalo (Ávila), acompañado por su hijo Rubén y su nieto Eric, de 4 años, en su camino hacia Madrid para reivindicar esta tradición milenaria.

El pequeño 'pastor' iba encabezando, junto a su abuelo, este rebaño que partió el pasado domingo desde el pequeño municipio vallisoletano de El Carpio para defender su trabajo, así como para demandar la recuperación y conservación de los 125.000 kilómetros de vías pecuarias que existen en España.

Por una de ellas, la Leonesa Oriental, ha transitado este rebaño que tiene prevista su llegada a la localidad madrileña de Boadilla del Monte el próximo martes, tras realizar a pie unos 200 kilómetros en diez días, gracias al respaldo de la Asociación Trashumancia y Naturaleza.

En su itinerario, este rebaño ha llegado hoy a Arévalo (8.300 habitantes) rodeado de un gran interés por parte de vecinos y, sobre todo, jóvenes que se han echado a la calle para observar con entusiasmo, interés y curiosidad el paso de las 2.000 ovejas merinas de Alejandro Jiménez.

Este pastor ha recordado cómo hace años se realizaba la trashumancia, al mismo tiempo que ha lamentado el hecho de que dejaran de realizarla debido al progresivo deterioro de unas cañadas en las que "se ha labrado, se han hecho carreteras y pisos", algo que ha hecho que "cada vez estuvieran peor".

Jiménez se ha mostrado "muy contento" por poder recobrar esta tradición que lleva en la sangre, pese a tratarse de una "vida mala y dura", que sólo puede realizar el que realmente le "gusta".

Consciente de que el trabajo con las ovejas "ha cambiado mucho", este pastor camina a buen paso junto a su hijo y los cinco pastores que son necesarios para poder cubrir todos los flancos de un rebaño tan grande como este, tal y como ha recordado a los periodistas el presidente de la Asociación Trashumancia y Naturaleza, Jesús Garzón.

Rubén Jiménez se ha mostrado orgulloso de protagonizar junto a su hijo de 4 años esta iniciativa que "hace falta en la sociedad actual", teniendo en cuenta el hecho de que las cañadas están "prácticamente perdidas".

"Es una experiencia muy bonita", ha comentado mientras avanzaba a buen ritmo por las calles de Arévalo, cuyos habitantes han comprobado el discurrir de este rebaño en el que también había un puñado de cabras custodiadas todas ellas por once perros.

Pese a su juventud, tiene muy claro que esta vida le gusta, de ahí que haya seguido los pasos de su padre: "He tomado el relevo de mi padre y espero que mi hijo lo haga también".

La madre, Sheila, ha reconocido que para el pequeño Éric el de hoy ha sido "el día más feliz" de su vida, tal y como admitía este niño que avanzaba con la ayuda de su propia vara, mientras reconocía que se lo estaba pasando "bien" y que le gustaba "todo" de estas ovejas a las que también cuida.

"No me importaría -que Éric- tomara el relevo de su padre, porque mi padre también tiene ovejas, pero luego es decisión suya", comentaba Sheila, que también tiene una niña de tres meses.

Mientras tanto, el pequeño, que hoy se ha librado de ir al colegio por un día para acompañar a su padre y a su abuelo, seguía caminando entre el bullicio de los niños y jóvenes del colegio.

Algunos de ellos portaban una pancarta en la que se podía leer: "El lobo y la oveja, nunca hacen pareja. Cuando llueve y hace sol bailan el perro y el pastor".

Completado el recorrido por las calles del segundo municipio de la provincia, su alcalde, Vidal Galicia recibía de manos de Jesús Garzón la vara de pastor, en señal de agradecimiento a la colaboración del Ayuntamiento en esta iniciativa a la que aún le quedan varias etapas hasta llegar el martes a Boadilla del Monte.

Antes de dejar Arévalo, Garzón instaba a las administraciones a "respetar" las cañadas, al ser "un patrimonio único de España" a través de sus 125.000 kilómetros, 75.000 de ellos en Castilla y Leon.

 

Antonio García

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