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Las asociaciones de comercializadores y almacenistas de cereal de España han solicitado este jueves una mayor unidad en el campo frente a los retos que plantea un mercado desregulado y globalizado, tal como señaló Andrés Gómez, presidente de la Asociación Española de Almacenistas Portuarios de Granos, Cereales y sus derivados (Unistock España) durante la séptima edición de la Bolsa Internacional de Cereales del Duero (BICD), celebrada en Arroyo de la Encomienda (Valladolid).
"Todos los actores somos necesarios", afirmó Gómez antes del inicio del evento, subrayando la importancia de trabajar en conjunto. "No somos importadores contra agricultores, sino que todos jugamos un rol importante en este ecosistema", destacó. Asimismo, remarcó el papel crucial de la producción animal para el sector del cereal y resaltó la resiliencia de las infraestructuras portuarias españolas, que han mantenido el flujo de suministro a pesar de la creciente demanda. En España, se importan alrededor de 20 millones de toneladas de cereal, similar a la cantidad que se produce a nivel nacional.
Por su parte, Marcos Martínez, presidente de la Asociación de Comercio de Cereales y Oleaginosas de España (ACCOE), puso de manifiesto la necesidad de una colaboración estrecha entre los productores nacionales y los comercializadores, subrayando que Castilla y León es una de las comunidades más relevantes en la producción de cereales, con Valladolid como núcleo de esta actividad en torno al río Duero. "Somos uno de los eslabones más importantes de la cadena agroalimentaria", afirmó Martínez, quien también destacó el impacto que el sector tiene en el mundo rural y en la creación de empleo en zonas despobladas como Castilla y León.
La Bolsa Internacional de Cereales del Duero (BICD) se ha consolidado como uno de los eventos más importantes del sector en España y el mayor en Castilla y León. En esta séptima edición participaron más de 350 operadores y comercializadores, quienes asistieron a sesiones de 'networking' y analizaron las tendencias del mercado en un contexto de producción récord a nivel mundial.
Carlos Ruiz, experto de Cefreta Ibérica, señaló que el mercado de cereales y oleaginosas se encuentra bien abastecido, pero los precios continuarán marcados por los puertos. La producción nacional ronda los 20 millones de toneladas, una cifra insuficiente para satisfacer la creciente demanda de la industria cárnica, que requiere unas 40 millones de toneladas al año.
Respecto a la situación geopolítica, José Manuel Álvarez, secretario general de ACCOE y Unistock, explicó que la guerra en Ucrania y la situación en el Mar Negro no han tenido un impacto significativo en el comercio de cereales, ya que el mercado asumió rápidamente el conflicto y la reapertura de los puertos permitió la normalización del comercio.
Jorge Llorente, viceconsejero de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural de la Junta de Castilla y León, hizo un llamamiento a la colaboración entre todos los actores de la cadena de valor, subrayando la necesidad de apoyar a los pequeños agricultores y ganaderos, quienes constituyen el eslabón más débil. "España y el mundo seguirán necesitando cereal", aseguró Llorente, destacando la importancia de mejorar la competitividad del sector ante los márgenes de beneficio reducidos, influenciados por el coste de insumos y acuerdos comerciales internacionales.
Llorente también apostó por la agricultura de precisión, enfocada en el mínimo laboreo, el ahorro energético y el uso adecuado de fitosanitarios, como claves para el futuro del sector. Además, mencionó el papel del Instituto Tecnológico Agrario de Castilla y León (ITACyL), que desarrolla 12 proyectos valorados en 2,5 millones de euros.
En el mercado nacional, los precios de las materias primas han ido descendiendo, sin encontrar aún su límite. Los expertos advierten que la resistencia de los productores a vender podría generar una caída abrupta de los precios hacia finales de año, dado que si se pone mucho grano a la venta de manera simultánea, podría colapsar un mercado con poca demanda.
Enrique Palomo, director comercial de Baltanás Cereales y Abonos, instó a los agricultores a vender su cosecha de manera progresiva para evitar estos riesgos. "Hay que encontrar varios precios a lo largo de la campaña", señaló Palomo, insistiendo en que el enfoque actual debe cambiarse para evitar posibles complicaciones en el mercado interior.
En cuanto al mercado internacional, la debilidad del dólar ha hecho que las compras a Estados Unidos sean muy competitivas, mientras que la demanda de China está a la baja debido a las restricciones impuestas por su gobierno. Por otro lado, la producción de maíz en Brasil y EE. UU. se espera que sea buena, con precios competitivos.
Carlos Ruiz, de Cefreta Ibérica, advirtió que la volatilidad del mercado será menor a la actual, pero que la situación sigue siendo incierta, particularmente debido a los riesgos asociados al comercio de cereales con Ucrania. "La guerra puede dar un giro en cualquier momento", concluyó Ruiz, insistiendo en la importancia de gestionar los riesgos de forma adecuada para minimizar el impacto en el mercado.