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La Junta de Castilla y León ha abogado hoy por alcanzar acuerdos interprofesionales entre agricultores y harineras, que garanticen tanto el abastecimiento del sector como unos precios atractivos para los cerealistas.
"Para ello se hace necesario transferir los conocimientos generados en los diferentes proyectos de investigación que lleva a cabo el Instituto Tecnológico Agrario de Castilla y León", ha destacado hoy la Consejería de Agricultura y Ganadería.
La viceconsejera de Desarrollo Rural, María Jesús Pascual, se ha reunido con representes del sector harinero y de los regantes de Castilla y León.
El trigo que demanda esta industria "requiere unos conocimientos agronómicos específicos que garanticen los estándares de calidad demandados, que permitan al sector productor incluirlo entre sus alternativas, sobre todo en años como el actual, con déficit hídrico, al tratarse de un cultivo que requiere menos agua".
En una nota informativa, la Consejería ha explicado que la viceconsejera se ha reunido con representantes de las federaciones de comunidades de regantes de Castilla y León Ferduero y Federebro y de la Asociación de Fabricantes de Harinas de Castilla y León.
Al respecto, ha subrayado que el objetivo es "estimular las relaciones comerciales entre el sector productor y el transformador de trigo de alta calidad harino-panadera, adecuando la producción de este cereal a las demandas del mercado".
De este modo, se puede "ofrecer al agricultor nuevas alternativas y garantizar un adecuado nivel de autoabastecimiento de la industria harinera regional", ha indicado.
La producción de trigo en esta campaña será de 2.218.232 toneladas en Castilla y León, según las previsiones de la Junta.
Castilla y León cuenta con 24 harineras, el 18 por ciento del total nacional, que transforman el 22 por ciento del trigo blando molido en España, con fábricas en todas las provincias de la Comunidad.
"Esto redunda en una ventaja competitiva tanto para las explotaciones agrícolas como para las propias harineras, al reducir los costes logísticos", ha señalado la Consejería.
Dentro del trigo blando, destaca el trigo de gran fuerza harinera o alta proteína, que supone el 20 por ciento del total molturado en la Comunidad, con cerca de 200.000 toneladas anuales.
La Consejería desarrolla desde 2004, "con una mayor intensidad desde 2009", proyectos de investigación y promoción de este cereal, "una alternativa rentable para los regadíos de la región por su creciente demanda por parte de la industria transformadora y por su evolución en cuanto a precios".
Una de las líneas de investigación es la enfocada a la obtención de nuevas variedades de alta calidad harino-panadera, adaptadas a las condiciones de la Comunidad, en coordinación con comunidades como Andalucía, Cataluña y Castilla-La Mancha.
"Se ha conseguido registrar una variedad denominada Eneas, adaptada a las condiciones climáticas de Castilla y León y que ha obtenido rendimientos un 105 por ciento superiores sobre testigos en los ensayos de registro de variedades", según la Consejería.
Además, "está en vías de registrarse una nueva variedad de trigo de alta calidad harino-panadera".
Otra línea de actuación está encaminada al desarrollo del cultivo del trigo blando en regadíos de Castilla y León, con una serie de experiencias con variedades comerciales de alta proteína, para comprobar sus rendimientos y adaptación al regadío de la Comunidad.