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La Junta Directiva de la patronal Iberaice -que agrupa a más del 95 % de las industrias elaboradoras de ibérico- ha aprobado un grupo de propuestas para la reforma de la norma de calidad para la carne, el jamón, la paleta y la caña de lomo ibéricos.
Estas propuestas, que han presentado al Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente (Magrama), responden "a la necesidad de clarificar el mercado de los productos ibéricos y proporcionar una información adecuada a los consumidores", han explicado a través de un comunicado.
Defiende "la plena validez" de las calificaciones raciales que consagró la anterior norma, es decir ibérico e ibérico puro.
Sin embargo, a partir de este planteamiento y con la idea de generar valor añadido, prestigiar las diferentes producciones y no perjudicar a ningún colectivo, propone las siguientes denominaciones de la norma de calidad "ibérico de bellota", "ibérico tradicional" e "ibérico de cebo".
En todos los casos, detalla, "cuando los productos procedan de cerdos ibéricos puros, podrán acompañar esas denominaciones de venta con la mención "cien por cien ibérico".
La denominación "ibérico tradicional" que proponen ampararía las producciones procedentes de explotaciones al aire libre con una densidad máxima de 200 cerdos por hectárea.
Ha señalado que la denominación de venta "es un elemento esencial para la comercialización de los productos, que no puede modificarse sin que ello redunde en una pérdida de mercado, caída de las ventas y confusión de los consumidores".
"Especialmente grave" -matiza- serían las consecuencias para las exportaciones, ya que los clientes en esos mercados están ya familiarizados con los términos actuales y "difícilmente comprenderán estos drásticos cambios y se corre el riesgo de un rechazo a nuestros productos".
La implantación de las denominaciones de venta propuestas por Ministerio, ha denunciado, "están construidas de espaldas a la realidad".
A su juicio, pueden provocar "un abandono generalizado de la norma por una parte importante de los operadores del sector", que "no podrán competir en ese marco, viéndose obligados a refugiarse en sus propias marcas o en denominaciones y marcas colectivas, con la consiguiente pérdida de actividad, riqueza y empleo".
Ha insistido en que, de no recogerse las denominaciones propuestas por la industria, "es preferible retrasar la modificación de la norma de calidad, para no ocasionar un perjuicio irreversible al sector" y "centrarse en el refuerzo de los controles que garanticen el cumplimiento de la actual".