Agricultura - Cereales


Un verano con mucha paja de cereal, pero con precios más bajos


Villanubla (Valladolid) - 2013-09-02 16:57:23
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Este verano la paja del cereal vale la mitad que el año pasado, pero muchos agricultores prefieren que se la quiten de la tierra aunque sea a bajo precio, un trabajo que llevan a cabo profesionales como Miguel Rangel.

La buena cosecha de cereal, como la de este verano en Castilla y León, supone también un buen año para la paja en cuanto a cantidad, pero tiene como contrapartida que los precios son menores.

"Si hay más oferta, el precio baja", con lo que este verano se paga a entre 0,002 y 0,003 euros el kilo, cuando hace un año, con una mala cosecha cereal, se pagana el doble, explica a EFE Miguel Rangel desde su tractor en pleno campo en Villanubla (Valladolid).

La paja es una especie de cara B del cereal, un subproducto poco conocido entre quienes no están en el sector agrario, pero que genera una no despreciable actividad económica.

Sola la empacadora de este sevillano supone una inversión cercana a los 125.000 euros, por lo que para rentabilizarla hay que echarle horas, trabajando día y noche turnándose con sus compañeros, y subiendo a la Meseta cuando en Andalucía se acaba antes la campaña.

Mientras Rangel va con la empacadora sobre los maraños, las hileras de paja que ha dejado el paso de la cosechadora tras recolectar el cereal, otro compañero pasa antes con una hileradora.

Esta otra máquina reduce el número de hileras a la vez que aumenta en cada una la cantidad de paja, lo que facilita el trabajo de la empacadora, que a su paso va escupiendo pacas de entre 350 y 370 kilos.

Este peso obliga, a su vez, a tener que amontonarlas con tractores que llevan una pala específica, con pinchos que se clavan en las pacas para poder manejarlas.

Una vez amontonadas, llegan los camiones, también con una caja de carga específicamente preparada para transportar las pacas de paja.

Toda una cadena para que la paja llegue a su destino, tan variado que puede ser una fábrica de "pellet", o concentrado alimenticio para ganado, en Tordesillas (Valladolid) o alguna localidad de Portugal en la que se necesita para la producción de champiñón.

Los montones de pacas en el horizonte ofrecen estos días una imagen singular en el páramo, antes de que sean transportados a esos destinos o a numerosas zonas ganaderas de toda España, ya que la paja es imprescindible en muchos establos.

Aunque el precio sea bajo, hay agricultores que se conforman, ya que si la paja no se empaca, tendrían que picarla, con el consiguiente coste en maquinaria, gasóleo y horas de trabajo.

Además, en años como este, en que hay mucha, no es fácil eliminarla cuando se labra la tierra y se corre el riesgo de que si el terreno no la asimila toda, se forme una especie de costra que dificulta el desarrollo del cultivo una vez sembrado.

Castilla y León dedica cerca de dos millones de hectáreas a cereales de invierno, que este año han dado una cosecha de más de siete millones de toneladas, una buena producción que también se refleja en un buen año de paja, aunque con precios más bajos.

 

Luis Ángel Reglero