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El sector del huevo español se encuentra en guardia ante la expansión de la gripe aviar, especialmente tras la grave crisis que está viviendo Estados Unidos, donde el censo avícola se ha visto seriamente afectado. También se han registrado brotes en Francia, Polonia y Bélgica, lo que ha impulsado al alza los precios internacionales del huevo.
Frente a este escenario, España se mantiene libre de casos y el sector responde con estrictas medidas de bioseguridad. Así lo explica el presidente de la Asociación de Avicultores de Castilla-La Mancha (Avicam), Vicente Arriscado, quien califica la situación de EE.UU. como “muy grave” y recuerda que en 2015 se vivió un episodio similar: “EE.UU. recurrió a Europa por falta de huevos, pero una vez resuelto, los precios volvieron a su nivel. Hay que tener los pies en el suelo y la cabeza fría”, advierte.
En España no se han dado casos hasta el momento, gracias al esfuerzo del sector en reforzar la bioseguridad, especialmente para evitar que la fauna silvestre entre en las naves de producción. “Tenemos que ser muy cautos porque en cualquier momento puede venir”, subraya Arriscado, que destaca que en la UE los protocolos son muy estrictos ante un brote.
También se ha pronunciado Israel Delgado, coordinador de la lonja de Toledo, quien asegura que la situación española “nada tiene que ver con la de EE.UU. o el norte de Europa”, gracias a la profesionalidad de los granjeros, el compromiso de las administraciones y un marco de control sanitario muy riguroso.
Delgado destaca que el tipo de producción español, con granjas más estabuladas y cerradas, reduce el contacto de las gallinas con aves migratorias, lo que implica “menos posibilidades de contagio” que en países como Estados Unidos, donde muchas explotaciones son al aire libre.
En cuanto a la estructura productiva, España está avanzando hacia modelos alternativos, aunque solo el 32 % de la producción es ecológica, campera o de suelo, frente a cifras cercanas al 100 % en países como Alemania, Austria o Suecia. El resto de la producción española se encuentra aún en jaulas acondicionadas, dentro de recintos más cerrados.
A pesar de no haber riesgo de desabastecimiento, el impacto de la gripe aviar en Europa ha llevado a sacrificar 15 millones de gallinas ponedoras y eso ha provocado un aumento de la demanda internacional de huevos españoles.
Delgado señala que el precio del huevo ha subido entre un 15 % y un 20 % en la lonja toledana en los dos últimos meses. Esto se traduce en un encarecimiento de entre 40 y 50 céntimos por docena en los supermercados. Según la consultora Circana, el precio medio ha pasado de 2,53 € en febrero a 2,99 € en marzo.
En cuanto al consumo, es fuerte y estable. Con datos del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, en 2024 aumentó un 3,5 % respecto a 2023, que ya había crecido más del 8 % frente a 2022. “El huevo es un producto muy demandado en los hogares, básico en la alimentación”, afirma Delgado.
Desde el punto de vista estructural, España contaba con más de 47 millones de gallinas ponedoras a finales de 2023, de las cuales casi 12,5 millones están en Castilla-La Mancha, que representa el 23 % de la producción nacional y se consolida como la región líder del sector.
Según la Interprofesional del Huevo y sus Productos (Inprovo), el sector facturó 2.278 millones de euros en 2023, un 30,8 % más que en 2022, y representa el 8,2 % del valor de la producción ganadera total.
En términos de volumen, se produjeron 1.164 millones de docenas de huevos en 2023, lo que equivale a 900.000 toneladas, un 2,2 % más que en 2022, de los cuales 267 millones de docenas se generaron en Castilla-La Mancha.
Con estos datos, España se sitúa como el tercer productor de huevos de la Unión Europea, con el 13,5 % del total comunitario, solo por detrás de Francia (14,4 %) y Alemania (14,1 %).