Guerra de Ucrania


La crisis en la agricultura generada por la guerra de Ucrania se ha asentado, dentro de la gravedad, al cumplirse el primer año de un conflicto que puso patas arriba el sistema alimentario mundial y que encarece la cesta de la compra.

La guerra en Ucrania ha llevado a un fuerte encarecimiento del precio de los fertilizantes, que se mantienen en niveles altos y han puesto en evidencia problemas como la dependencia estratégica del gas ruso en la Unión Europea (UE).

Las tensiones en el comercio de cereales, un arma política en este primer año de guerra en Ucrania, han provocado crisis inéditas en los mercados y han puesto de manifiesto la debilidad de la producción mundial de alimentos.

En 2022 el precio del aceite de girasol se puso por las nubes, hubo miedo al desabastecimiento y se buscaron alternativas al procedente de Ucrania, donde la guerra demostró la fragilidad de la cadena de suministro por más que se haya reconducido después la situación.

Un año después del comienzo de la guerra en Ucrania, el sector de la agroalimentación, tanto en el segmento primario como en el gran consumo, sigue sufriendo un sobrecoste debido a las disrupciones en logística y transporte y al incremento del precio del carburante que ha ocasionado el conflicto.

Los mercados de cereales han empezado el lunes con precios a la baja, salvo leves subidas en París, y con expectación ante la reunión en Ginebra sobre el acuerdo para exportar grano desde los puertos del mar Negro, si bien los comerciantes tienen "asumido" que se va a renovar.