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En un movimiento sin precedentes, la Ley de la Restauración de la Naturaleza de la Unión Europea ha entrado en vigor este domingo. Esta es la primera normativa en la historia de la UE que no solo busca proteger, sino activamente restaurar la naturaleza. La ley enfrentó una tramitación tensa, casi descarrilando debido a la oposición del Partido Popular Europeo y un cambio de postura de última hora por parte de Hungría.

La Comisión Europea ha celebrado la implementación de la ley como un "nuevo avance para revertir el deterioro de la naturaleza, alcanzar la neutralidad climática y fortalecer la resiliencia de Europa frente al cambio climático". El objetivo central de la legislación es restaurar al menos el 20% de los ecosistemas degradados para 2030, y la totalidad para mediados de siglo.

Entre las medidas más destacadas, la ley impone obligaciones para revitalizar la población de polinizadores, recuperar el 30% de las turberas utilizadas para agricultura, y preservar los espacios verdes urbanos. Además, busca eliminar barreras artificiales en los ríos para facilitar la restauración ecológica.

A pesar de ser una herramienta para alinearse con los acuerdos de biodiversidad de Naciones Unidas, la ley también simboliza las tensiones ideológicas en torno a la agenda verde en Europa. Después de un proceso marcado por intensas negociaciones y divisiones internas, especialmente dentro del gobierno austríaco, la ley fue adoptada con una mayoría ajustada. Austria finalmente cambió su voto a favor, asegurando el apoyo necesario para su aprobación.

El reglamento fue aprobado con los votos a favor de la mayoría de los estados miembros, aunque enfrentó la oposición de países como Italia y Hungría, y la abstención de Bélgica. Con esta ley, la UE establece un precedente global en la gestión y recuperación de la biodiversidad.