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La Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG) ha pedido a los partidos políticos que concurren a las elecciones europeas que "recuperen" y fomenten más regulaciones públicas para defender al productor, frente a las industrias y supermercados o ante las importaciones.

La organización agraria ha enviado a los principales grupos políticos un decálogo, difundido hoy, con propuestas para la próxima legislatura comunitaria.

Entre otras medidas, COAG ha planteado una regulación pública europea para mejorar las relaciones entre los sectores de la cadena alimentaria (agricultores, industria y distribución).

"Para desterrar las prácticas comerciales desleales y abusivas es necesario articular mecanismos legislativos que aborden el desequilibrio entre el atomizado sector productor frente a los altamente concentrados sector industria y al oligopolístico sector de la distribución", según el decálogo.

Por ello, COAG ha solicitado que se prohíban aquellas prácticas comerciales "abusivas" y que se incluyan excepciones en la aplicación de la normativa de la competencia para el sector agrario.

En general, la organización agraria ha resaltado la necesidad de impulsar actuaciones para gestionar los mercados dentro de la Política Agrícola Común (PAC), ya que, a su juicio, esa clase de medidas han sido "desmanteladas" en los últimos años.

COAG ha solicitado un papel "protagonista" para mecanismos que eviten la volatilidad de los precios y garanticen una remuneración a los productores superior a sus costes de producción.

En general, ha solicitado que la PAC se base en la soberanía alimentaria (capacidad de decidir en políticas agrarias y no sumisión a los acuerdos comerciales internacionales) y que se "revierta el recorte" de presupuesto comunitario para 2014-2020.

Además, ha reivindicado que la Unión Europea (UE) sea firme y evite concesiones agrícolas a países terceros, porque la agricultura y la alimentación no pueden ser "monedas de cambio" en las negociaciones de convenios comerciales.

Asimismo, COAG ha reclamado que la UE recupere el principio de preferencia comunitaria y, además, asegure que las importaciones respetan los mismos estándares ambientales, socio-laborales o sanitarios, poniendo ejemplos como la entrada de carne o leche con hormonas o los transgénicos.

La organización agraria ha remarcado que el sector agrario es clave para Europa y que para garantizar su "sostenibilidad" hace falta "mejorar su estructura de costes", muy dependiente de materias primas e insumos importados, así como del coste energético.

Otras prioridades mencionadas en el decálogo atañen a la innovación al servicio del modelo social de agricultura, la garantía de seguridad alimentaria y la lucha contra el cambio climático.