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El presidente nacional de Asaja, Pedro Barato, ha pedido hoy normas más homogéneas en los países europeos para la agricultura y la ganadería.
En una rueda de prensa, Barato se ha mostrado convencido de que la Política Agraria Común (PAC), que ahora supone en torno al 33 por ciento de los ingresos de los agricultores de Castilla y León, una de las comunidades con más peso en el sector, irá retrocediendo más porque "está dando los últimos coletazos".
Pese a que se acaba de aprobar el modelo de la PAC hasta 2020, se ha mostrado convencido de que antes se producirán nuevos recortes, aunque a partir del final de este periodo el sector dependerá de los mercados, que "habría que mejorar".
En este sentido, ha afirmado que los productos agrarios se tienen que comercializar con un contrato en el que se establezcan sus características, un precio y una fecha de pago, aunque la parte económica tendría que ser variable para primar la calidad.
Ha pedido transparencia en los mercados para que no siga ocurriendo algo parecido a lo que pasa con las patatas, que se venden en España a poco más de diez céntimos y, sin embargo, entran en el mercado español las de importación que, con el coste del transporte, no podrían estar por debajo de ese precio.
También ha puesto el ejemplo de la leche, que en España se paga a los productores por debajo del precio del agua, mientras en otros países, como Francia, se paga a mayor precio.
Ese control y homogeneización se debería extender también, según el presidente del Asaja, a la ganadería.
En su opinión, habría que empezar por establecer normas de saneamiento ganadero similares en toda España, porque en este momento es más difícil coger unas terneras de Burgos y llevarlas a Ciudad Real que comprarlas en Francia y llevarlas a cualquier lugar de España.
Por esta razón, ha planteado la conveniencia de establecer unas normas de saneamiento comunes, salvo algunos matices, a todos los países europeos, porque es más difícil llevar ganado de España a otra comunidad o a Francia que traer ganado francés a España, lo que "no ayuda a equilibrar las condiciones de competitividad".