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La campaña de cereales en España se ha visto marcada en 2015 por el clima adverso -por el calor y la falta de agua-, que ha reducido las cosechas y dejado resultados decepcionantes para los agricultores frente a las previsión inicial.

Los datos presentados hoy en las jornadas de la Asociación Española de Técnicos Cerealistas (AETC) revelan el impacto climático en la producción, tanto en volumen como en la calidad.

La cosecha total de cereal en la temporada 2015-2016 rondará los 18,6 millones de toneladas, frente a los 19,3 millones de la campaña anterior -que ya se consideró baja-, según cifras de Cooperativas Agroalimentarias y del Fondo Español de Garantía Agraria (FEGA).

España es un país deficitario en estos cultivos, por lo que cualquier merma de cosecha se nota; no obstante, el recorte contrasta con un momento de abundancia de cereal en los mercados mundiales y de precios bajos.

"En España no hay cosechas normales, este año ha sido mala porque ha defraudado frente a las expectativas iniciales", explica a Efeagro el director de Cultivos Herbáceos de Cooperativas Agroalimentarias, Antonio Catón.

Las cooperativas esperaban unos 23 millones de toneladas de cosecha, pero la recolección ha sido "cinco millones de toneladas menos", a causa del calor, que "ha matado" cosechas, según Catón.

La encuesta de calidad sobre los trigos españoles de la AETC señala que los rendimientos han estado por debajo de la media de los últimos años: las altas temperaturas -y de una manera específica el mes de mayo extremo- repercutieron en el desarrollo de la planta y provocaron "menos granos por espiga".

Por ello, en las parcelas de ciclos más tempranos los cereales sufrieron menos, como ocurrió en Andalucía.

A excepción, según apunta el coordinador sobre cereales del Instituto de Investigación y Formación Agraria y Pesquera de Andalucía (IFAPA), Alejandro Castilla, de la provincia de Córdoba, que se vio más afectada, porque allí el cultivo se desarrolla unos diez días más tarde que en el caso de Cádiz o Sevilla.

En cuanto al maíz, por el contrario, Andalucía es una de las zonas más perjudicadas, junto con Extremadura, porque se sembró más tarde, con disminuciones de cosecha del 25 %; en este cultivo, según Catón, Castilla y León se ha visto menos afectada.

El experto recuerda que en Aragón no ha empezado la cosecha, pero el clima tendrá "un impacto fuerte", y aún hay que ver los resultados finales porque visualmente las mazorcas pueden estar bien pero luego hay carencias en su peso.

Según los datos del FEGA, la producción nacional de trigo blando caerá un 4,5 % hasta 5,6 millones de toneladas, la de cebada un 6,2 % hasta los 6,9 millones y la de trigo duro, por el contrario, subirá un 17 %, hasta 789.000 toneladas.

El repunte del trigo duro se debe a que se sembró una mayor superficie por su buen precio; entre las principales zonas productoras están varias provincias andaluzas, apunta el IFAPA.

En cuanto a la oferta internacional y a las exportaciones, varios expertos coinciden en que es un momento de existencias abundantes; España adquiere un 41 % de sus cereales a Francia y a Ucrania, primeros abastecedores, que además compiten en precios, lo que los abarata.

El consultor de FC Stone Sergio Dettmer recuerda que en los mercados las cotizaciones han caído a los niveles inferiores de los últimos cinco años, a causa de producciones "récord" a escala mundial y menos demanda de los principales importadores.

Alerta de una posible especulación porque el mercado está "sensible" y se retiene mercancía ante estas cotizaciones bajas; y existe un "divorcio" entre el trigo, con producciones más copiosas, y el maíz, donde no habrá tanta oferta.

Mercedes Salas