Tecnología - Sanidad Animal


UPA-UCE valora que se amplíe la liberalización de movimientos hasta el 31 de mayo


Mérida - 2016-05-06 16:22:54
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La organización agraria UPA-UCE ha valorado el compromiso del Ministerio de Agricultura para ampliar la libertad de movimientos en el ganado bovino y ovino hasta el 31 de mayo e impedir así el bloqueo de las explotaciones ganaderas.

En un comunicado, UPA-UCE precisa que el periodo estacionalmente libre de lengua azul finalizó el pasado 26 de abril y ha aplaudido que la Administración estatal haya decidido permitir hasta finales de mayo los movimientos de ganado.

La lengua azul es una enfermedad transmitida entre el ganado bovino y ovino a través de un mosquito, por lo que su contagio depende de la temperatura, recuerda la organización agraria en su nota.

Por ello, durante los meses fríos, al no haber mosquitos, se establece el período libre de lengua azul cuya finalización estaba fijada el pasado 26 de abril, a pesar de que en la mayoría de Comunidades Autónomas el plazo de vacunación termina el 30 de junio y la mayor parte del ganado todavía no ha sido vacunado.

"En cuanto a territorios, la peor parte se la llevan Andalucía y Extremadura, ya que la vacunación comenzó hace apenas 15 días y nuestra región no puede vacunar en este tiempo a las más de 400.000 vacas y los 3 millones de cabezas de ovino y caprino que tenemos", señala el secretario general de UPA-UCE, Ignacio Huertas.

Por ello, si el Ministerio no hubiera decidido ampliar la liberalización de movimientos, se habría producido "un bloqueo muy importante para las explotaciones ganaderas de la región, especialmente para el vacuno".

En las negociaciones sobre la lengua azul han estado presentes la Unión de Pequeños Agricultores, la Consejería de Medio Ambiente y Rural, Políticas Agrarias y Territorio de la Junta de Extremadura; y el Ministerio de Agricultura.

Huertas recuerda que en este mes se cierran importantes acuerdos comerciales y muchas ganaderías podrían haberse visto afectadas por las restricciones.

En ese sentido, insiste en que "ésta es una enfermedad de papel, que no tiene traslación al ser humano y que no supone ningún riesgo para los consumidores".

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