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La abundancia de conejos en determinadas zonas de Valladolid representa un "pico" de población de esta especie, pero no siempre una plaga, y además se regula de forma natural, sin necesidad de medidas de control.

Así lo mantiene un estudio de alumnos de cuarto curso de Educación Secundaria de Instituto Politécnico Cristo Rey de Valladolid, que ha recibido el tercer premio del IV Congreso Científico para Escolares celebrado recientemente en el Museo de las Ciencias Naturales de Madrid.

"Caracterización y aproximación del conejo en Valladolid" es el título de este estudio, según ha informado hoy el centro formativo.

"El pico de población de esta especie se autorregula por sí mismo, sin tener que tomar otras medidas más agresivas contra el animal", ha destacado el centro en una nota informativa sobre este trabajo de los alumnos Javier Díez Tomillo y Juan de Nicolás Gutiérrez y la bióloga y profesora Ana Arévalo Mínguez.

El trabajo, iniciado el pasado diciembre, ha estimado el número de conejos que vive en una zona, a través del recuento de sus restos fecales en un antiguo campo de fútbol.

"Con ello pretendían demostrar si realmente el aumento del número de conejos se debe al equilibrio dinámico o existe una plaga", ha explicado el centro.

Este análisis ha constatado que "el número es el natural, por lo que antes de actuar con plaguicidas, se debe hacer un estudio que nos demuestre cómo están las poblaciones".

"Elegimos este tema porque nos preocupa la alarma social que a veces se crea y porque es importante la información de qué hay y por qué", ha destacado la bióloga.

Las organizaciones agrarias han denunciado los daños que ocasiona la abundancia de conejos en determinados cultivos en provincias como Valladolid, donde hasta este pasado fin de semana se han autorizado capturas de estos animales para controlar su población.