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Los ganaderos que crían corderos en la zona de influencia de los focos de viruela ovina y caprina detectados en España están pendientes de superar esta crisis sanitaria para salvar la campaña de Navidad.

La zona cero en la que comenzó el foco en septiembre y en la que se han detectado nuevos casos recientemente, la comarca de Baza (Granada), es una de las que está contando los días para que no vuelvan a notificarse casos y así poder volver a la normalidad comercial y levantar las restricciones impuestas.

En esta zona granadina se asienta uno de los sellos de calidad del cordero, la IGP Cordero Segureño, y su presidente, José Antonio Puntas, ha destacado en declaraciones a Efeagro la "incertidumbre y el susto" con el que los asociados a esta IGP están viviendo la situación y eso que, por el momento, no hay ninguno afectado directamente.

Aunque sí están todos afectados de forma indirecta porque el ganado que tenían en extensivo lo han encerrado para minimizar al máximo la posibilidad de contagio.

Se trata de evitar que esta enfermedad, no transmisible a humanos, deje de dar saltos entre las granjas como ha venido ocurriendo con los últimos focos.

Uno de los últimos, en el propio término municipal de Baza, ha provocado la inmovilización de cebaderos de corderos que se destinan principalmente a la exportación en países árabes.

Para soportar el incremento de gasto en alimentación al no poder pastar en extensivo, la Junta de Andalucía ha anunciado ayudas adicionales a los ganaderos.

Puntas ha hecho un llamamiento a los ganaderos de la zona para hacer un "esfuerzo de 20-30 días" con el fin de erradicar este brote y volver a la normalidad.