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Una veintena de los mejores sementales de las razas asturiana de los valles y de la montaña, todos ellos de entre 14 y 15 meses de edad, se subastará este fin de semana en el Mercado Nacional de Ganados de Torrelavega, dentro del concurso regional de estas razas que promueven los criadores.

Así, a mediodía del domingo se pondrán a la venta con un precio de salida de 1.700 euros 12 sementales de asturiana de los valles, y otros cinco de asturiana de la montaña, con un precio de salida de 700 euros, subasta que será previa a la entrega de premios del concurso regional al que acudirán 135 animales de 23 ganaderías.

La presentación de ambos certámenes ha contando hoy con la presencia de la consejera de Ganadería, Blanca Martínez; del alcalde de Torrelavega, Ildefonso Calderón (PP), así como de la asociación de ganaderos cántabros La Socarreña, organizadora del evento.

El certamen regional se desarrollará en la tarde del sábado y adjudicará los premios de semental gran campeón, ternera novilla gran campeona, vaca gran campeona y lote de establo, compuesto por tres animales de la misma explotación.

La consejera ha destacado que el concurso pone de manifiesto "el buen hacer de los criadores", además de subrayar el aumento del censo de animales durante los últimos años de estas dos razas, lo que a su juicio "redundará en beneficio de los ganaderos de Cantabria".

En este sentido, la organización ha destacado que la raza asturiana de los valles tiene censadas en Cantabria 208 ganaderías con 5.799 cabezas, de las cuales 4.039 son reproductoras.

Por su parte, la asturiana de la montaña cuenta con 59 ganaderías y 1.899 reses, de las cuales 1.553 son reproductoras.

"Los censos de estos animales suben año tras año y se confirma el buen comportamiento y la creciente pujanza de esta raza en el conjunto de la cabaña ganadera de la región", ha asegurado la consejera.

Además, ha destacado que el patrimonio genético de la región "es fuente de riqueza" y los sistemas de producción basados en regímenes de extensividad y buenas prácticas de cría "tienen la virtud de conservar el medio ambiente, proporcionar alimentos de calidad al consumidor, y suponen una fuente de ingresos importante".