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La Asociación Profesional del Trabajo Autónomo UATAE de Castilla-La Mancha lamentó ayer que el campo castellano-manchego ha perdido 260 agricultores y ganaderos en el último año.

En un comunicado, han señalado que, aunque en septiembre se registró un aumento de sesenta autónomos del sector agrario respecto a agosto, en relación con el mismo mes del año anterior ha habido un descenso de 260.

La organización apunta que según los últimos datos publicados por el Ministerio de Empleo y Seguridad Social, en septiembre estaban afiliados a la Seguridad Social en el sector de Agricultura y Ganadería de Castilla-La Mancha un total de 22.931 autónomos, 60 más que el mes anterior.

Sin embargo, en términos interanuales (septiembre 2013 en relación a septiembre 2012) se han perdido 260 actividades productivas de autónomos, lo que representa una caída del 1,12 %, y también en lo que va de año (enero-septiembre 2013) el número de autónomos ha descendido en 70 (-0,31 %).

Por provincias, en el último año, sólo aumentan los autónomos del campo en Albacete, 16 más (0,41 %), y por el contrario, disminuye el número de autónomos en el sector de Agricultura y Ganadería en Toledo, 117 (-2,07 %); Cuenca, 116 (-2,07 %); Guadalajara, 22 (-1,17 %); y Ciudad Real, 21 (-0,35 %).

Para el presidente de UATAE de Castilla-La Mancha, Pedro García, los autónomos en el sector de agricultura y ganadería vienen sufriendo en Castilla La Mancha "una importante crisis silenciosa" en los últimos años, con la desaparición de un considerable número de actividades, en algunos casos por jubilación, sin que se produzca un adecuado relevo generacional.

"Debería ser una prioridad de las distintas administraciones que actúan en este ámbito fomentar la presencia de jóvenes en estas actividades", afirmó García.

Asimismo, dijo que es "especialmente importante" controlar las subidas desproporcionadas en determinados factores de producción básicos en el campo, como gasóleo, abonos, piensos y electricidad.

Y se refirió además a los "abusivos" márgenes comerciales existentes entre los precios en origen y en destino, consecuencia "en muchos casos de un mercado cautivo por las grandes cadenas de distribución", explicó.