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Las dos razas autóctonas de oveja madrileñas, la Colmenareña y la Rubia de El Molar, cuentan en la actualidad con un censo de 5.453 cabezas, según datos difundidos hoy por la Consejería de Medio Ambiente.

Ambas razas están en peligro de extinción, lo mismo que la cabra de Guadarrama, de la que en la región hay contabilizadas 5.020 cabezas, así como tres razas bovinas: vacas Avileña-Negra Ibérica, Berrenda en Negro y Berrenda Colorado, con 6.000 ejemplares.

La consejera de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio, Ana Isabel Mariño, ha acudido hoy a una finca en Aranjuez donde ha visto una exhibición de esquileo tradicional y ha hablado de esas razas ganaderas madrileñas en riesgo de perderse.

La Comunidad, a través del Instituto Madrileño de Investigación y Desarrollo Rural, Agrario y Alimentario (IMIDRA), participa en la conservación de estas razas, con 1,63 millones de euros desde 2007 en ayudas para su mantenimiento.

Se trata de razas más caras de criar y con menor cantidad de producción, aunque su gran diferenciación es la calidad.

"Proteger la biodiversidad de nuestras razas autóctonas permite mantener una producción láctea y cárnica de calidad, y una actividad sostenible que crea actividad y riqueza en los núcleos rurales", ha dicho Mariño.

En dos centros existentes en la región la Comunidad impulsa actuaciones e investigaciones con ese objetivo, destinadas a preservar el patrimonio genético de las razas autóctonas.

También selecciona los genotipos resistentes a enfermedades y evita cruces que produzcan consanguineidad.