Ferias,
Mercados y Mataderos

La alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, cumplió ayer, en el Día de la Trashumancia, la tradición de recibir en la ciudad a los pastores con sus rebaños de cabras, ovejas o carneros, y sugirió que las cañadas por donde transitan podrían ser ruta turística, desde Cantabria hasta Extremadura.

Carmena, quien recibió de los pastores, simbólicamente, el tributo de 50 maravedís por cada millar de animales que la ciudad les cobra por pernoctar en prados y dehesas, destacó la diversidad de Madrid, que en ese momento contemplaba la trashumancia del ganado y que hace cuatro días albergó la mayor cumbre en materia de tecnología e informática.

La alcaldesa y los representantes de los pastores, mayorales y ganaderos renovaron la Concordia de 1418, un documento firmado por los "Hombres Buenos de la Mesta y los Procuradores del Concejo de la Villa".

"Madrid es todo y se desequilibraría si se desentendiera de la naturaleza", dijo la alcaldesa, quien agradeció a los madrileños por colaborar para que la capital "sea cada vez más importante y de la que podamos estar orgullosos".

La alcaldesa leyó el texto antiguo que daba la bienvenida a Madrid a los pastores que dejan las dehesas de verano hacia las de invierno y deseó que la trashumancia siga siendo "prueba de la hermandad entre villas y ciudades con las gentes del campo, custodias de los montes, aguas, hierbas y dehesas.

También expresó Carmena su deseo de que la tradición perviva "en estos tiempos inciertos del tercer milenio" y afirmó que no es descartable la idea de que los turistas pudieran aprovechar las rutas de la trashumancia, desde Cantabria hasta Extremadura".

Poco después de recibir a los pastores, la alcaldesa visitó en las instalaciones de CentroCentro, en el palacio de Cibeles, el taller "Tejiendo Madrid", en el que niños y mayores hacían ganchillo o tapices con lanas cedidas por la Real Fábrica de Tapices.