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Castilla y León ha perdido más de una tercera parte de su cabaña de ovino en la última década, según han denunciado hoy las organizaciones agrarias UPA y COAG de esta Comunidad.

La región ha perdido "el 25 % de cabezas de ovino desde 2006 y hasta un 33 % desde 2002", han destacado en un comunicado estas organizaciones, que en Castilla y León integran la Alianza por la Unidad del Campo.

UPA y COAG han pedido a la consejera de Agricultura y Ganadería, Silvia Clemente, que convoque urgentemente la Mesa Regional de la Leche de Ovino, ya que "la situación que sufre el sector es muy preocupante y resulta necesario adoptar medidas excepcionales".

Ambas organizaciones han alertado de que el "abandono de explotaciones ganaderas sigue siendo continuo, y requiere de un compromiso firme y responsable de todas las partes para buscar soluciones".

El incremento de los costes de producción y el bajo precio que los ganaderos perciben por la carne y la leche "está llevando a muchos productores a tener que abandonar la actividad", han subrayado.

El censo de ovino en la Comunidad ronda 3.278.000 cabezas, cuando hace cinco años era de 4.321.000, es decir, 1.043.000 reses más.

Estas organizaciones han recordado que hace diez años el censo era de 4.860.000 cabezas, es decir, 1,6 millones más, y en 2011 se han perdido otras 300.000 reses respecto a 2010.

"Los productores se encuentran materialmente ahogados por las deudas e incapaces de resistir la pérdida de rentabilidad", han recalcado UPA y COAG.

Desde 2009, el precio medio del pienso se ha incrementado más de un 25 por ciento, el gasóleo agrícola más de un 40, la energía eléctrica un 30 y los medicamentos para el ganado también han tenido una subida considerable de precios.

Sin embargo, el precio en origen de leche de oveja se mantuvo en 2011 en precios similares a 2010 y en lo que va de 2012 ha experimentado un ligero repunte del 2,8 %, "insignificante, al no cubrir los costes de producción", han concluido.