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La compañía Llet Nostra, que agrupa a dos cooperativas con un total de 120 granjas y que lidera el mercado lechero catalán desde 2011, acaba de cumplir veinte años y lo hace en plena "guerra general" del sector, según reconoce su presidente, Jordi Riembau.

Riembau, en una entrevista a EFE con motivo de la efeméride, intenta mirar al futuro con optimismo y cree que la situación "algún día se arreglará", aunque insiste en que el panorama actual es "fatal".

"Los costes de producción se han multiplicado de forma impresionante", detalla antes de señalar a la distribución y a la administración como primeros interesados en que el precio de la leche como producto básico no suba.

Sitúa el incremento entre un 45 y un 50 por ciento y añade que "no se ha traspasado a la venta", con lo que considera que la situación será "insostenible" si no se arregla, aunque confía en que lo haga pese a la dificultad de dejar de ser "víctimas de unos cuantos años en que se ha minimizado el precio de la leche".

"La cadena alimentaria debería mirar costes y precio de venta", indica, antes de profundizar en que, más allá de la distribución, "la administración tampoco se quiere complicar la vida con subidas de coste en la alimentación".

La facturación de Llet Nostra llegó el pasado año a unos 30 millones de euros, cerca del récord de 30,2 millones de 2020, cuando la compañía se vio desbordada por la petición de leche durante el primer confinamiento.

De un promedio habitual de 3,5 millones de litros vendidos mensualmente se pasó en marzo de aquel año a 5,4 millones y, en abril, las cifras continuaron por encima de la media.

La situación se ha normalizado y la compañía llega a estos veinte años gracias, según su vicepresidente, a que su mensaje se ha mantenido todo este tiempo.

"Decíamos entonces y ahora que producíamos leche aquí y que podíamos llevarla al consumidor directamente y tenemos el mismo discurso", manifiesta Jordi Riembau.

En todo este tiempo no han cambiado esa filosofía de venta "ni se ha buscado la leche de otra manera", explica, antes de apuntar como única vía de obtenerla a "ganaderos medios y pequeños de Cataluña".

"Hacemos leche de primera calidad y es una producción de aquí y eso el consumidor lo valora", puntualiza, mientras recuerda valores añadidos como la experiencia 'Aprop', unas visitas que se organizan a una granja de Monells para dar a conocer "cómo se trata a los animales y cómo se produce, de dónde viene un vaso de leche"

Otra iniciativa es Llet Nostra Més, centrada en la sostenibilidad, aunque Jordi Riembau advierte de que Llet Nostra trabaja con sus tierras para dar de comer a las vacas e intenta contaminar lo mínimo posible, "pero hay que demostrarlo".

"Este proyecto trabaja la sostenibilidad medioambiental, energética y ha añadido la económica, un problema del primer sector", en referencia a la situación en este caso de los socios de las dos cooperativas que integran la empresa, Ramaders del Baix Empordà y Cadí.

Llet Nostra Més ha introducido las primeras placas solares, estudios de emisión de metano "y se están obteniendo muy buenos resultados, pero todo esto es un inicio".

La empresa acapara el 35 por ciento de las granjas de Cataluña según el Observatorio Catalán de la Leche y el 15 por ciento de la leche producida en la comunidad hasta comercializar 40 millones de litros anualmente.