Diez años de carne cultivada: de la hamburguesa de 250.000 euros a los pinchos de 12 euros


Madrid - 2023-08-12 13:52:16
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Han pasado diez años desde la presentación de la primera hamburguesa de carne cultivada, un concepto futurista con un coste de producción de 250.000 euros que, tras una década de avances tecnológicos, hoy día es ya una realidad tangible que llega a los consumidores por poco más de 12 euros.

Un equipo de científicos holandeses liderados por Mark Post, de la Universidad de Maastrich, presentó en agosto de 2013 esta revolucionaria hamburguesa, cuya carne fue desarrollada artificialmente en un laboratorio a partir de células madre vacunas.

Estas células pueden extraerse igualmente de pollos, cerdos y otros animales, también los acuáticos, mediante una pequeña biopsia, y se hace que proliferen en el laboratorio como si estuvieran dentro del animal hasta lograr un nuevo tejido.

La empresa impulsada por Post, Mosa Meat, predijo que cuando aumentara la escala de la tecnología necesaria para este proceso la hamburguesa podría venderse por unos 10 euros, un momento que parece haber llegado, pues en países como Singapur es posible consumir pinchos de pollo cultivado a un precio al consumidor de 12,74 euros.

"Y una ración de 'nuggets' está a unos 23 dólares (unos 21 euros) en Estados Unidos", apunta a Efeagro Jordi Morales-Dalmau, cofundador de la organización sin ánimo de lucro AgriCultura Celular España, que cataliza el ecosistema español de la carne cultivada.

Las empresas han conseguido reducir el tiempo y los recursos necesarios para elaborar carne cultivada, logrando producir en tan sólo ocho días lo que en el pasado llevaba dos años, según destaca la ONG The Good Food Institute Europe, que promueve las proteínas sostenibles.

Además, las empresas que producen y comercializan carne cultivada lo están haciendo a pérdidas porque quieren que las personas puedan acceder a ella y comenzar a consumirla, señala Morales-Dalmau.

SINGAPUR Y ESTADOS UNIDOS, PIONEROS

Singapur y Estados Unidos son los únicos dos países del mundo que de momento se han abierto legalmente a la comercialización de productos de carne cultivada, que se pueden consumir en restaurantes y se pueden adquirir en tiendas para cocinarlos en casa.

En Europa aún no es posible comer carne cultivada, aunque Suiza ha dado el primer paso y está estudiando la solicitud que ha recibido de la empresa israelí Aleph Farms para comercializarla.

El ecosistema empresarial sí está preparado y más de 150 empresas en todo el mundo -aproximadamente 50 de ellas en Europa- trabajan para impulsar la investigación y el desarrollo de la carne y los mariscos cultivados, según The Good Food Institute Europe.

Los gobiernos europeos también están aumentando su apoyo para financiar la investigación y el desarrollo del sector, con los Países Bajos anunciando una cifra récord de 60 millones de euros el año pasado y el Reino Unido con un centro de investigación de 12 millones de libras (unos 13,8 millones de euros) en abril, consigna esta ONG.



ESPAÑA PRODUCIRÁ CARNE CULTIVADA EN 2024

En España la iniciativa la lleva la empresa BioTech Foods, que ha iniciado la construcción en San Sebastián de una planta para producir carne cultivada cuya comercialización a gran escala se prevé que esté lista en 2024.

Esta planta tendrá una capacidad de producción de más de 1.000 toneladas de carne cultivad al año que, a medio plazo, se podría ampliar a 4.000, informó hace unos meses BioTech Foods, que cuenta con el respaldo financiero de la multinacional brasileña JBS, el mayor procesador de carne del mundo, que en 2022 se hizo con el control de la empresa española.

Según BioTech Foods, este mercado experimentará un "enorme crecimiento en la próxima década", y estima que en 2032 el 12 % de las proteínas consumidas en el mundo procederán de este tipo de sistema de producción de alimentos.

Otras empresas emergentes, como la malagueña Grow Meat, también han incursionado en este sector, dentro de un ecosistema de varias decenas de emprendimientos que están directa o indirectamente relacionados con la carne cultivada, comenta Morales-Dalmau.



DEFIENDEN SU SOSTENIBILIDAD

The Good Food Institute Europe hace referencia a estudios científicos que afirman que la producción de este tipo de alimento con energía renovable podría reducir las emisiones climáticas hasta en un 92 %, disminuir la contaminación del aire hasta en un 94 % y utilizar hasta un 90 % menos de tierra en comparación con la carne convencional.

"Es una forma sostenible de crear carne", afirma Morales-Dalmau, quien explica que ni ahora ni en muchos años podrá competir al nivel de la carne tradicional, pero sí que es un añadido por el que considera que los consumidores van a sentirse atraídos.

Además, destaca que contribuirá a la creación de un ecosistema empresarial, científico y tecnológico que creará trabajo y atraerá inversiones.

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