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Todo paso deja una huella: los de la maquinaria agrícola y sus neumáticos, también. Y lo hacen en suelos a los que se les exige una elevada producción de alimentos y en un escenario de cambio climático que obliga a la sostenibilidad a subir en la escala de prioridades de diseñadores y fabricantes.

La Agencia Europea de Medioambiente (EEA) recuerda, en el contexto el Pacto Verde y la Estrategia sobre Biodiversidad, que el modo en el que las prácticas agrícolas impacten en el suelo tendrá efectos sobre el medioambiente, por lo que es necesaria una gestión a largo plazo marcada por la sostenibilidad, además de una transformación fundamental del transporte.

Movilidad y sostenibilidad se unen en uno de los factores que afectan al trabajo de agricultores y ganaderos, como son los tractores, cosechadoras o maquinaria de riego, fertilización o fitosanitaria, y sus neumáticos, que trasladan su peso y actividad a la salud del suelo agrícola.

Ladoux es el Centro Tecnológico de Michelin, a escasos kilómetros de la sede de la compañía en Clermont-Ferrand (Francia), y donde 3.000 profesionales de múltiples disciplinas y nacionalidades buscan respuestas a los retos de un sector que ha aumentado los desplazamientos de la maquinaria por carretera, pero necesita reducir el gasto en combustible y emisiones, trabajar seguros y cumplir los nuevos requisitos europeos de sostenibilidad.

Parten de dos hallazgos fundamentales: el sistema para cambiar la presión de los neumáticos desde el interior de la cabina y un modelo (evobib) que es capaz de aumentar su productividad en un 4 %, reducir un 47 % su huella según circule en carretera y en campo, lo que le hace recortar el consumo de dos litros de combustible por hora y elevar la tracción en un 15 %, todo ello en relación a los que de rodadura híbrida y presión estable.

El director de Investigación y Desarrollo en neumáticos agrícolas, Olivier Coulomb, explica a Efeagro que se trata de "dar respuesta desde la compañía a una evolución" que precisa de nuevos materiales (200 puede incluir un neumático), otro manejo de la presión, optimizar la huella de la maquinaria, reducir el consumo e incrementar su longevidad.

"La innovación es la clave", asegura el responsable de la división de neumáticos agrícolas en la empresa, Nicolas Reboul, quien reconoce que aunque el "precio siempre ha sido clave para los clientes", cada vez más agricultores valoran "el beneficio que estas nuevas capacidades" tienen en términos de rentabilidad.

Como sintetizan en la multinacional, igual que los deportistas no llevan las mismas zapatillas si van a correr en pista o en carretera, así se ha de adaptar el neumático a la velocidad en el asfalto o a la baja presión requerida en el campo para asegurar la tracción y la mejor huella de presión en el suelo agrícola.

Y el único camino, a su juicio, es el diseño de nuevas soluciones, que pueden llevar hasta 10 años hasta su implantación, son probadas en todo tipo de superficie y condiciones meteorológicas en las pistas de prueba de Ladoux, y se mejoran de forma continúa para mejorar su respuesta al uso, y se trabaja en constante diálogo con los fabricantes de maquinaria para responder a sus necesidades.

El director de B2B Investigación y Desarrollo (cinco áreas de movilidad, incluida la agrícola), Michael Cogne, insiste a Efeagro en que el gasto en innovación de la empresa es "su motor de crecimiento", con nuevas tecnologías para mejorar los rendimientos y con todo el potencial que les suponen los nuevos servicios "más allá de neumático"

De acuerdo con sus datos, Michelin registró un benefició de 1.200 millones en el primer semestre de 2023, con un crecimiento en ventas del 59 % hasta 14.100 millones.

En España, cuenta con 7.400 trabajadores y fábricas en Lasarte, Valladolid, Vitoria y Aranda de Duero, además de un centro de experiencias en Almería y uno de distribución en Illescas (Toledo).

Laura Cristóbal