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La organización agraria COAG ha expresado que 2023 se cierra como un ejercicio "catastrófico" para diversos sectores del campo extremeño, con la apicultura, el cultivo del cereal o los viticultores como “los grandes perdedores” de este año.

En rueda de prensa de balance agrario, el responsable regional de COAG, Juan Moreno, ha afirmado que un gran número de parcelas de cereal “no se han cosechado” este ejercicio debido a las condiciones climáticas, a lo que se debe unir el descenso de los precios en el último año en un 24 % y la elevada incidencia de los costes de producción.

Al sector vitivinícola no le ha ido mejor, con "la peor cosecha de los últimos 30 años" y con un descenso del precio de la uva y del vino (especialmente en las modalidades tintas).

El maíz es otro de los cultivos peor parados, pues a los altos costes de producción se ha unido el descenso del precio.

En cuanto al sector apícola, Moreno ha manifestado que vive dos años consecutivos de bajas producciones por la sequía, así como de escasez de ventas debido a la importación de mieles de terceros países.

Por su parte, la ganadería ha sufrido la sequía durante buena parte del año, por lo que el aumento de los precios en el cordero, el porcino y el vacuno “no ha compensado” el incremento de los costes por el crecimiento de lo desembolsado en alimentación.

A todo ello se ha unido la incidencia de la enfermedad hemorrágica epizoótica, ha dicho Juan Moreno.

El presidente autonómico de COAG ha recordado además el “impacto” de la aplicación de la nueva Política Agraria Comunitaria (PAC), cuyas “repercusiones negativas” solo vienen a refrendar las dificultades experimentadas ya desde 2013, una situación que “no son capaces de resolver las administraciones”.

Moreno ha citado por ejemplo que “se dispone del mismo presupuesto, pero no se tiene en cuenta el Indice de Precios al Consumo (IPC), con lo que los agricultores pierden poder adquisitivo”.

En cuanto a las cosechas “aceptables” se encuentran los cultivos de regadío, pese a las “dificultades” por la “dotación escasa de agua”.

A este respecto, la fruta ha experimentado una campaña “normal” (salvo la cereza) tanto en producción como en precios, mientras que respecto al tomate “se han logrado mejores cifras kilos/hectárea en las Vegas Bajas que en las Vegas Altas” y las contrataciones se rubricaron “en niveles óptimos” de precios.