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 La lana de las ovejas merinas de la sierra de Grazalema de Cádiz servirá para producir fertilizantes, gracias a un nuevo proyecto que da así salida a un producto que hace tiempo nutrió una industria textil y ahora ha perdido valor hasta convertirse en un residuo.

Para ello, esta semana abre sus puertas en Grazalema una nueva fábrica que se dedicará a la producción de pellets de lana.

Con ello se da un uso a este producto que en el siglo pasado generó una histórica industria textil en la localidad y hoy no es competitivo.
Su precio de mercado ha bajado hasta los cero euros y la normativa europea le da la consideración de residuo, lo que obliga a que la lana tenga que ser tratada y destruida, con sus correspondientes costes para los ganaderos.

La fundación sin ánimo de lucro Grazalema Regenerativa, que se dedica a poner en marcha proyectos que creen nuevas oportunidades para los vecinos de la localidad, ha encontrado un nuevo uso para este residuo y, de paso, generar oportunidades para la zona.

En coordinación con el Ayuntamiento y los ganaderos locales, fijaron su vista en una de las señas de identidad de la localidad, la oveja merina grazalemeña, una raza autóctona de la Sierra de Cádiz.

Y buscaron una solución productiva para el residuo que produce, la lana, la elaboración de fertilizantes para los agricultores locales.
Con el apoyo del programa DipuInnova Plus, de la Diputación Provincial de Cádiz, abrirá el próximo jueves una fábrica que, de momento, creará dos puestos de trabajo.

La empresa no conoce otras iniciativas que se dediquen a esta actividad en España, pero sí en la Unión Europea.