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La Junta de Castilla y León ha rechazado hoy el plan anunciado por el Ministerio de Agricultura para modificar la Norma de Calidad del Ibérico, ya que puede suponer "un grave perjuicio" para el sector en esta Comunidad y dejar fuera de esta consideración a buena parte de la industria de Salamanca.

Así consta en la carta remitida al ministro Miguel Arias Cañete por la consejera de Agricultura y Ganadería, Silvia Clemente, quien considera que de seguir adelante los cambios en la norma propuestos por el Ministerio supondrían un lastre "para el sector ibérico nacional y de Castilla y León".

"La reforma no puede imponer un cambio del modelo productivo de tal magnitud que suponga el desmantelamiento de un sector que se ha forjado en los 10 años de vigencia de esta Norma y que en la actualidad está plenamente consolidado en Castilla y León", ha argumentado Clemente en su misiva.

La consejera también recuerda que Castilla y León ha tejido una posición de Comunidad con acuerdos políticos y con la propia industria productora, por lo que la Junta defiende que "cualquier modificación de la Norma de Calidad del Ibérico debe venir avalada por el consenso mayoritario de todas las partes integrantes del sector y no por la imposición del planteamiento que defiende una parte de este sector" que en opinión es "minoritaria", en referencia a los productores de Andalucía y Extremadura.

El portavoz de la Junta de Castilla y León, José Antonio de Santiago-Juárez, ha insistido hoy en la rueda de prensa posterior al Consejo de Gobierno en que la industria del ibérico de Castilla y León equivale al 80 por ciento de la nacional, mientras que en Andalucía y Extremadura suman el 15 por ciento.

"Somos líderes", ha recalcado el portavoz antes de reconocer que no tomarán medidas contra esta decisión del Gobierno hasta ver si sus demandas tienen efecto. "Vamos a esperar, mostramos nuestra inquietud y oposición a estos anuncios, pero vamos a ver", ha detallado.

Los cambios que pretenden introducirse en la Norma de Calidad del Ibérico tienen que ver con los factores raciales y de alimentación que deben cumplir los animales para ser considerados ibéricos en sus distintas catalogaciones.

En Castilla y León cerca del 85 por ciento de la producción comercializada de jamón ibérico se realiza bajo la denominación de ibérico de cebo, de forma que la nueva exigencia planteada por el Ministerio afectaría a 1.103 explotaciones, de las que el 80 por ciento están ubicadas en la provincia de Salamanca.

El requisito de la alimentación, con una densidad de 15 cerdos de cebo por cada hectárea al aire libre, supondría que Castilla y León necesitaría de 60.000 hectáreas más y significaría la "deslocalización de las explotaciones existentes".

En opinión de la consejera, estas circunstancias encaminarían a la "práctica desaparición de un sector que ha realizado cuantiosas inversiones para modernizar sus explotaciones conforme a los requisitos que ahora se pretende modificar".