Ferias,
Mercados y Mataderos

La Federación Andaluza de Empresas Cooperativas Agrarias FAECA ha apuntado a los consumidores como "los mayores perjudicados" del borrador de la Norma de Calidad del Cerdo Ibérico que ha presentado esta semana el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente.

El presidente del Grupo de Trabajo del Porcino Ibérico de Faeca, Agustín González, a través de una nota, ha lamentado que el ministerio "haya dado marcha atrás" y haya presentado un documento que "no soluciona los problemas del sector y que tampoco contribuye a la transparencia de cara al consumidor".

"Los ganaderos lo sufriremos, pero los mayores perjudicados serán los consumidores, quienes seguirán comprando productos sin saber muy bien lo que compran y pagando un precio que, en muchos casos, no corresponderá con la calidad de lo que adquieren", ha dicho.

En este sentido, ha recordado que la norma anterior, de 2007, "generó tanta confusión que lo único que hizo fue complicar más aún las cosas con numerosas denominaciones que raramente llegan a emplearse en los etiquetados".

Por tanto, ha insistido, en que las cooperativas quieren que la Norma del Ibérico "diferencie, de una vez por todas, los productos que proceden de cerdos ibéricos y de cruzados ibéricos y que se indique si han sido alimentados con bellota o, si por el contrario, sólo han sido criados a base de pienso, mediante métodos intensivos.

Si la futura Norma del Ibérico continúa sin diferenciar un producto de otro "se seguirá amparando la confusión y, una vez más, no servirá para garantizar los principios que la concibieron, es decir, la defensa de la raza ibérica, la transparencia al consumidor y la sostenibilidad del ecosistema de la dehesa", ha precisado.

Tras recordar que, precisamente por esa confusión, la cabaña ganadera del ibérico de la dehesa ha descendido en Andalucía un 60 % durante los dos últimos ejercicios, González ha señalado que "si no se pone solución ahora, que es el momento, el porcino ibérico que puebla el ecosistema más netamente español, como es la dehesa, estará abocado a la desaparición".

Ha apuntado que "si alguien puede poner un poco de sentido común en la guerra de intereses comerciales entre unas regiones y otras, ese es el consumidor, quien debe exigir que a las cosas se les llame por su nombre y no le den, nunca mejor dicho, gato por liebre".